Pandemia, brecha digital y educación presencial

Pandemia, brecha digital y educación presencial

Pandemia, brecha digital y educación presencial

José Armando Tavárez

Luego del avance que hemos experimentado en el programa nacional de vacunación contra el Covid-19, los líderes educativos están realizando los preparativos necesarios para iniciar un retorno seguro a las aulas, en todos los diferentes niveles educativos.

Las escuelas, universidades e instituciones de formación técnico profesional ya se están preparando para un retorno a clases, como mínimo en un formato semipresencial, a partir del mes de septiembre, Esto nos invita a reflexionar sobre los aprendizajes que hemos adquirido a partir de la experiencia de pandemia. ¿Qué debemos tomar en cuenta para que nuestra reactivación educativa sea lo más exitosa posible?

Uno de los desafíos más importantes consiste en realizar un diagnóstico objetivo de los aciertos y desaciertos cometidos en el pasado año escolar.

El elemento más importante es, definitivamente, que existe una brecha digital que generó una desigualdad importante entre la educación pública y la privada. En este sentido, lo sectores con mejores posibilidades han podido ejecutar un año escolar con cierto nivel de éxito.

Lamentablemente, en varios espacios de educación pública no se pudieron aprovechar de manera eficiente las ventajas que ofrecen las tecnologías digitales.

En el país, el sector educativo pudo confirmar que los niños y jóvenes de mejores niveles socioeconómicos podían conectarse a través de internet vía diversas plataformas de videoconferencia y sistemas de aprendizaje en línea y esto les permitió una experiencia educativa satisfactoria.

En este sentido, se hace necesario diseñar e implementar un proceso nacional de transformación digital e integral de todo el sistema educativo nacional, que incluya integrar en el uso eficiente de la tecnología a todos los espacios educativos de la nación.

Si algo aprendimos, de una forma muy penosa, es que la tecnología hizo la diferencia entre aquellos que pudieron aprender y los que no pudieron. Sin tecnología, es imposible reactivar la educación dominicana.