RAMALA, Cisjordania.— La muerte de Ariel Sharon el sábado provocó un amplio rango de reacciones entre los palestinos, pero la tristeza no fue una de ellas: algunos festejaron y distribuyeron bocadillos dulces mientras otros oraron para que el ex líder israelí reciba un castigo divino o bien recordaron su papel central en uno de los episodios más sangrientos del conflicto entre israelíes y palestinos.
Los palestinos detestan profundamente a Sharon porque lo consideran el cerebro de ofensivas militares aplastantes en su contra en Líbano, Cisjordania y la Franja de Gaza, así como el arquitecto de la campaña de asentamientos más grande de Israel en tierras que ellos quieren para conformar su estado.
La intensidad de esos sentimientos parece haberse dispersado un poco porque Sharon dejó el escenario público luego de estar ocho años en coma por una apoplejía. El ex primer ministro israelí murió el sábado en un hospital de Tel Aviv a los 85 años.
La noticia corrió rápido en los campamentos de refugiados de Sabra y Chantilla, en Beirut, capital de Líbano, donde fuerzas aliadas con Israel sistemáticamente asesinaron a cientos de palestinos en septiembre de 1982, tres meses después de que Sharon ideó la invasión del vecino del norte.
Posteriormente Sharon fue destituido como ministro de Defensa por la masacre y e investigadores israelíes rechazaron su aseveración de que no sabía que el ataque estaba por venir.
«¡Sharon está muerto!», gritó una palestina de 63 años en Sabra. «Que Dios lo torture», dijo la mujer que sólo se identificó como Samia. «Debemos celebrar. Debemos disparar al aire».
En Khan Younis, un campo de refugiados en Gaza, algunos partidarios de los grupos extremistas Yihad Islámica y los Comités de Resistencia Popular se reunieron en la calle principal exclamando «Sharon, vete al infierno». Algunos quemaron fotografías de Sharon o las pisaron, mientras que otros distribuyeron bocadillos dulces a la gente que pasaba.
A lo largo de su vida, Sharon estuvo en el centro de los episodios más controvertidos del conflicto entre israelíes y palestinos, comenzando como un joven soldado que peleó en la guerra de 1948 por la creación de Israel.
Como líder de la oposición, en septiembre del 2000 visitó un sitio sagrado para musulmanes y judíos en Jerusalén, lo que causó protestas de palestinos que rápidamente se coinvirtieron en un conflicto armado.
También puso a su enemigo de antaño, el entonces líder palestino Yaser Arafat, bajo arresto domiciliario virtual en Ramala.
El presidente palestino Mahmud Abás se abstuvo de hacer declaraciones sobre la muerte de Sharon.