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Paleopatología al pie del Jet Set

Wilfredo Mora Por Wilfredo Mora
Wilfredo Mora
📷 Wilfredo Mora

La paleopatología empezó a estudiarse a principio de 1900, gracias a grandes historiadores de la medicina, como Rudolf Virchow (1821–1902), uno de sus fundadores, un médico, patólogo y antropólogo que estudió enfermedades en restos óseos antiguos; analizó cráneos prehistóricos y momias egipcias, documentando lesiones, malformaciones y signos de enfermedad. Marc Armand Ruffer (1859–1917), acuñó el término “paleopatología” y descubrió enfermedades como la arteriosclerosis en momias de más de 3,000 años.

La paleopatología es la ciencia que estudia las huellas dejadas por la enfermedad en los restos óseos, sobre todo en el hombre. Considerada como parte de la paleontología, se diferencia de la antropología por ser una ciencia histórica, por lo tanto, no tiene ningún uso en las investigaciones legales, tal como lo es la antropología forense, que identifica víctimas en un derrumbe y tiene un rol que desempeñar en las investigaciones judiciales.

Esta última, permite que las “pruebas” de la causa de muerte, sirvan para dar seguridad al juzgador, para su convencimiento y para resistir los ataques de la defensa y sus intentos de desvirtuación o argumentos contrarios a los hechos (aunque en este caso del Jet Set, es al revés).

Como sabemos, la paleopatología fue definida por primera vez por Schufeldt, en 1892, como término bajo el cual pueden ser descritas todas las enfermedades o condiciones patológicas encontradas en los restos de animales extinguidos o fosilizados.

A partir de este concepto, meramente descriptivo han menudeado las definiciones, aceptándose por una mayoría la definición dada por Ruffer, en 1913, como ciencia de las enfermedades que pueden ser demostradas en restos animales y humanos de los tiempos antiguos.

Hoy, la Paleopathology Association (fundada en 1973, en Canadá), recomienda usar este término para cubrir un área no limitada solamente al estudio de los cuerpos antiguos, sino que admite cualquier elemento que pueda proporcionar evidencias de la enfermedad en épocas pasadas. Esto incluye escritos antiguos, vasijas, esculturas, mosaicos, pinturas y monedas.

La paleopatología es la ciencia que estudia toda clase de restos antiguos con el fin de detectar las enfermedades que existieron en otras épocas.

En el Boletín de la Asociación de Paleopatología, esta disciplina es vista como la ciencia que estudia las variantes, anomalías, lesiones y enfermedades del pasado, a partir de indicios que han dejado.

El estudio paleopatológico (conocimiento de la lesión) a través de la inspección y de técnicas complementarias (radiológicas, bioquímicas e inmunológicas) es, ante todo, un diagnóstico patológico médico.

Es un estudio antropológico que determina el sexo, edad, aspectos formales e índice de conservación. Y en el contexto arqueológico del hallazgo estudia la cronología y cultura, datos paleoecológicos, características de los enterramientos, observaciones específicas en el contexto de las inhumaciones.
Por lo tanto, siendo una función médica, se precisa de la colaboración básica de antropología y arqueología.

Allí donde hay progresos paleopatológicos, se puede demostrar la dieta en la prehistoria aportando pruebas de la concentración del estroncio y del cinc en los huesos de hombres que vivieron en el neolítico; las partículas ferruginosas que contienen los sedimentos de arcilla se pueden corroborar cambios en el geomagnetismo de la tierra; una cadena de árboles es capaz de indicar el frío que hacía cinco mil años atrás, y esta sí que es realmente fascinante; gracias a la costumbre que tienen las aves de regurgitar los huesos y la piel de los roedores que han ingerido, se pueden sacar conclusiones más que probables sobre el clima y el hábitat de miles de años.

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