“Plebería” es un dominicanismo similar a la plebeyez, cualidad de plebeyo o villano, pero aplicado solo a malas conductas. Tienen raíz latina, “plebis”, la clase social más baja en la antigua Roma. La plebe era la gleba, fuera de los nobles, eclesiásticos, funcionarios u oficiales militares.

Ejercer como “tribuno de la plebe” era representar en el Senado romano los intereses de pobres o descastados sin poder político ni económico. Deive ni Max Uribe incluyen “plebería” en sus diccionarios.

Otra curiosidad es “calié”, de origen incierto, para designar al espía. Cuando Trujillo eran los agentes del temible Servicio de Inteligencia Militar (SIM). “Calé” en francés es una forma coloquial de calificar alguna cosa o persona difícil o complicada y quizás tras la ocupación haitiana haya degenerado en “calié”.

En 1834, un “monsieur Calié” fue profesor de matemáticas y dibujo de los hermanos Duarte Diez. Cualquier “calié” eficaz debería pasar desapercibido, pero ¿qué les gusta más que exhibir su pistolón e insinuar su rastrero oficio? ¡Librados seamos de la plebería y los caliés!