Posiblemente, sin proponérselo, el presidente Danilo Medina tiene al país en medio de una incertidumbre perniciosa para la salud social y económica de la nación.

Los niveles de conflictividad política se han disparado como consecuencia del espectro de la reelección, pues no se sabe a ciencia cierta si está muerta o aun vive.

Así como es una verdad incontrovertible que la actual Constitución de la República le prohibe expresamente al presidente Medina repostularse nunca más, también es cierto que intentar una modificación constitucional sin malas artes constituye una lícita acción política posible.

Aunque el Presidente no ha externado literalmente que intentará continuar en el poder más allá de 2020, tampoco ha dicho que no lo intentaría y muchos de sus colaboradores actúan con la misma ambivalencia.

Durante mucho tiempo esa postura del Presidente podía verse hasta como una gracia, pero en las actuales coyunturas empieza a tornarse perniciosa para el país.

La economía empieza a resentir, el turismo empieza a resentir, el sosiego social empieza a resentir.

El panorama político tiene demasiada dependencia de la decisión de una persona. La lucha política no cesará cuando esta sea anunciada, pero al menos habrá mayor certidumbre.