Todo indica que lo que habremos de recibir de momento será un pacto tributario y no fiscal, por cuanto solo se encamina hacia el incremento de recaudaciones, sin una ley de responsabilidad fiscal u otro mecanismo que le garantice al ciudadano un cumplimento fiel y pulcro del presupuesto de la nación.

Y además, parece que por ahora  no habrá pacto eléctrico tampoco.

Hace años que venimos abogando por lo expresado por Segura, así como el  administrador de la CDEEE, en cuanto a que deben solucionarse los entuertos provocados por el mecanismo de fijación de precios en el Acuerdo de Madrid, sea por renegociación, o por otros mecanismos que se tienen a mano.

Un sistema eléctrico que requiere subsidios, que solo este año superarán los US$1,300 millones, equivalentes al 2.2% del PIB; que tiene un déficit real de más de 500 MW; que requiere de al menos 1,500 MW nuevos, alimentados preferiblemente con carbón, no puede continuar así, desangrando toda una nación. Es difícil pedir nuevos impuestos para seguir tapando este hoyo negro, sin saber qué vía de solución adoptará el Estado dominicano.

¿Si la inflación entre 2005 y 2011 fue de un 55.4%, y la tarifa, en igual período, solo se ha aumentado un 4.6%, cómo puede ser viable nuestro sistema eléctrico con una tarifa que en términos reales ha caído un 46%?

Con un promedio del 45% de la energía generada a base de fuel oil, derivado directo del petróleo, y con pérdidas por encima del 30% entre lo que las Distribuidoras compran y cobran a los usuarios, no hay posibilidades de cerrar este hoyo financiero que viene quemando anualmente los miles de millones de dólares de subsidio que recibe el sistema eléctrico nacional.

Insistimos, no vemos racionalidad en un pacto tributario sin pacto eléctrico.