Hablar del bienestar colectivo de la nación resulta muy abarcador.

La Conferencia del Episcopado Dominicano en su Carta Pastoral “Elecciones 2020: espacio de participación y compromiso”, plantea, a los políticos con candidaturas de primera línea, que se enfoquen en una agenda nacional con esos fines.

Hay que tomar en cuenta, de entrada, que República Dominicana tiene una característica económica y social muy específica. Su esencia no se sintetiza de manera simple. De tal forma que el “bienestar colectivo de la nación” no solo depende de los políticos. Hay otros hombres y mujeres que inciden igual o mejor que los políticos para que en el país reine una atmósfera de bienestar colectivo.

Esto, de manera específica, nos lleva a la iniciativa de la Conferencia del Episcopado Dominicano. Y que, de entrada, le da un carácter esencial, porque son los partidos y los líderes de esas organizaciones los que tendrán las responsabilidades nacionales sobre sus hombros, a partir de los resultados que surjan de las urnas.

El combate a la corrupción administrativa pública y privada resultará vital. Si ese mal se lleva a su más mínima expresión, ya de por sí habremos conseguido un importante bienestar colectivo para la nación.