Santo Domingo.-Ser diagnosticado con una enfermedad crónica puede ser catastrófico, pero si la misma se soluciona con un trasplante de órgano da a la persona una esperanza de vida.
Sin embargo, lograr ese sueño de recuperar la salud podría tardar años, gastar cuantiosos recursos económicos en tratamientos y, en el peor de los casos, fallecer esperando la cura a su mal.
La poca cultura de donación de órganos en el país va restando la posibilidad de continuar viviendo a miles de personas, que requieren de un trasplante.
Este es el caso de los pacientes renales que, según estimaciones, en el país cada año 4000 personas diagnosticadas con la enfermedad necesitan de diálisis o trasplantes.
Trece años en espera
Yualmy Scarlet Almonte Torres es una joven de 25 años que hace 13 viene padeciendo de insuficiencia renal crónica terminal, teniendo como método para seguir viviendo la diálisis que recibe tres veces a la semana y la ilusión de que aparezca ese donante de riñón para continuar existiendo.
Aunque su madre Fanny Torres la describe como una chica optimista, Yualmi tuvo que dejar sus estudios universitarios por el deterioro de su salud en el año 2018.
Entró a la lista de espera para trasplante cadavérico en el año 2013 en el Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS), de la cual salió en 2015 por el gasto que suponía a la familia.
Hay que destacar que incluir a una persona en lista de espera para donación de órganos y tejidos no conlleva ningún gasto, sin embargo, según explica Torres, cada cierto tiempo debían realizarle estudios en los que llegó a pagar hasta 12 mil pesos.
Siendo de la comunidad Los Cayucos en la provincia Valverde, cada vez que venían al hospital a hacer analíticas que se vencían, suponía no sólo el gasto de los análisis sino también en pasajes para el desplazamiento de Yualmi y su madre.
Para ese entonces, fue la joven quien le dijo a su madre que no insistieran con mantenerla en la lista, ya que veía el esfuerzo que hacían sus padres para costear esos estudios; sumado a esto la diálisis que recibía y que para ella es esencial para vivir.
No calificaba
Ocho meses después de que la joven dejara de asistir a actualizar los exámenes médicos, le hicieron la tan esperada llamada informándole que disponían de un trasplante de riñón para ella, pero al revisar el tiempo que tenía sin ir, esa llamada telefónica le fue devuelta para decirle que no calificaba.
Desde entonces se ha mantenido recibiendo la diálisis tres veces por semana, un tratamiento doloroso y desgastante para ella.
Es por todos estos años en el que su cuerpo ha sido pinchado por dos partes para realizar la hemodiálisis, que su doctor ha tenido que ponerle una prótesis y de esta dañarse no tendrían cómo dializarla.
Mantenerla en lista
Por esta razón, Torres busca conseguir que su hija sea incluida en una lista de espera y que la ayuden a mantenerla en esta, ya que sus familiares no son compatibles para donarle el órgano y el único que podía era su padre, que posee igual tipo de sangre (A+), pero también tiene complicaciones renales.
Ayuda
Torres dice no quejarse de la vida, pues los procedimientos a los que ha tenido que ser sometida su hija para continuar con su vida se le han podido realizar.
Indica que durante estos años han recibido ayuda de diferentes personas, incluyendo políticos y programas como “El Show del Mediodía”, recaudando recursos para practicarle diversas cirugías.
Ideal el trasplante
De acuerdo con Fernando Morales Billini, director del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort), cuando una persona está en la situación de Yualmi lo idóneo es el trasplante, ya que el paciente que está en diálisis está vulnerable.
En este contexto, sostiene que la única tarea que tendría la persona es tomarse los medicamentos inmunosupresores que lo ayudarán a no rechazar el trasplante y estos están disponibles en Alto Costo del Ministerio de Salud Pública (MSP).
No obstante, la lista de espera es amplia, mientras las donaciones que se hacen anualmente no superan los 60 trasplantes.
Para diciembre de 2021, esta lista se encontraba con aproximadamente 240 personas y esperan que se incremente a 340 o 350 cuando la pandemia termine y superar los 100 trasplantes al año.
Sin lista
Morales explica que no hay lista de espera de trasplante cardíaco, de enfermedad hepática terminal, ni de páncreas porque no se dispone del dinero suficiente para hacer ese procedimiento.
Esta situación impide a los pacientes de escasos recursos acceder a esos trasplantes.
Estadística
6,864 Trasplantes en RD.
Es el total de trasplantes que se han realizado en el país durante 48 años, es decir, del año 1972 al 2020.
Función de la lista
—1—Localizar
Cuando se tiene un donante se localiza por el orden de la lista y se llama a más de uno por si la persona que le toca tiene algún proceso que le impida la cirugía.
—2— Puntajes
La lista ubica a las personas por puntos, es decir, si se trata de niños y pacientes con mucho tiempo de espera, le dará mayor puntaje para el trasplante.
Trasplante excluido de Seguridad Social
Discriminación. El trasplante ayuda a salvar vidas, pero apenas el año pasado fue incluida la cobertura integral de trasplante renal a través de la resolución 533-01.
Sin embargo, los pacientes con enfermedad hepática terminal, cardíaca, pulmonar y medular están discriminados y excluidos de la Seguridad Social en el país, siendo estos procedimientos más costosos que el trasplante de riñón.
El Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort), que se encarga de promover, difundir y supervisar toda la actividad de trasplantes en el país, aboga para que estos sean valorados por parte del sistema de salud.
“Nosotros queremos que la salud del pueblo sea equitativa para todo el mundo”, dijo el director.