Otros posibles síntomas asociados son la debilidad, fatiga, letargia, alteraciones del sueño y anorexia.
SANTO DOMINGO.-La anemia en el enfermo renal es una complicación común que empeora conforme va avanzando la enfermedad.
Regularmente esta comienza a presentarse cuando se ha perdido un 50% de la función renal o con una taza de filtrado glomerular por debajo de 60ml/minutos.
Domingo Martínez Charles, nefrólogo e internista, explica que necesitando iniciar tratamiento en muchos de los casos en la etapa prediálisis o próximo a iniciar la diálisis, la anemia se agrava a tal punto que el 90% aproximadamente necesita iniciar tratamiento con agente estimulante eritropoyesis o la eritropoyetina.
Según Martínez, la causa principal de la anemia en el enfermo renal es la deficiencia de producción de la eritropoyetina por el riñón, de modo que aunque los niveles séricos de esta hormona son similares a los de la población general, están desproporcionadamente bajos para el nivel de hemoglobina que presentan.
El especialista refiere que además, existen otras causas en el enfermo renal, sobre todo en el paciente en hemodialisis como son la hemolisis, deficiencia de hierro, pérdida de sangre, deficiencia de ácido folio, vitaminas b12, inflamación, urea persisten.
Agrega que “cuando no se trata la anemia, se asocia en algunos casos con alteraciones cardiovasculares, como son la hipertrofia del ventrículo izquierdo, cardiopatia isquémica, insuficiencias cardíacas, aumentando la tasa de mortalidad en estos pacientes y tasas de hospitalizaciones”.
Destaca que otros posibles síntomas asociados son la debilidad, fatiga, letargia, alteraciones del sueño, anorexia y disminución de la capacidad cognitiva, junto con una peor percepción de la calidad de vida.
Martínez Charles, dijo que aunque el tratamiento específico de la anemia renal es el empleo de de la eritropoyetina en asociación con ferroterapia adecuada, es importante no olvidar compensar posibles deficiencias nutricionales que pueden aparecer como resultado de las restricciones dietéticas, anorexia y pérdidas en diálisis.
En muchos casos, la respuesta al tratamiento es tan favorable que la sola corrección de la anemia ha demostrado que muchos de los síntomas tradicionalmente achacados al estado urémico son en realidad achacables a la anemia.
Cuando se trata
— La clave es prevenir
La corrección de la anemia tras el tratamiento se asocia a beneficios cardiovasculares como la disminución de la masa del ventrículo izquierdo y del gasto cardiaco, junto con menor incidencia de angina.