Cada año el país es testigo de los acuerdos entre la Asociación de Profesores y las autoridades del Ministerio de Educación, cosa que ha sucedido con todos los ministros, pero al final no se cumple, y de ahí vuelven los profesores a presionar con lo que mejor les funciona, los paros de docencia.
La coherencia de ese gremio está en que importa poco si oposición u oficialismo, siempre salen en defensa de sus reivindicaciones, dejando de lado el compromiso de educar a millones de estudiantes, que son los más perjudicados cuando se suspenden las clases porque los docentes se van a paro.
Se terminó el año escolar y se avecina el próximo, y personalmente, el presidente se ha involucrado en las negociaciones con la ADP, en procura de que las cosas tomen un rumbo diferente al que ya es costumbre, quizá motivado por lo mal que está el sistema educativo, que aunque cuenta con recursos suficientes, no ha arrojado los resultados de la mejoría de ninguna de las áreas de la educación.
Que sea el inicio de un cambio
Ojalá que con el presidente involucrado, sea el inicio de un cambio en la educación, y que de la misma manera que los profesores exigen, puedan asumir y cumplir su deber con mayor responsabilidad.
Porque si bien no son los únicos responsables de la mala calidad de la enseñanza, hay una cuota importante que recae sobre ellos. Es tiempo de que el interés por mejorar la educación sea un compromiso real de todos, profesores, Gobierno y de la sociedad, cada cual desde donde le corresponda.