Miami.- Osmel Sousa, quien estuvo al frente del concurso Miss Venezuela desde 1981 hasta el pasado 6 de febrero, está escribiendo un libro de memorias con la ayuda de un periodista que “a veces indaga mucho”, según ha revelado él mismo.
Sousa, quien en la actualidad está radicado en Miami y se califica de “zar de la belleza”, ha usado la plataforma Instagram para responder a todas las críticas y rumores que le rodean desde que renunció y lo mismo ha hecho hoy para contar del libro en el que se propone decir todo lo que quiere.
“Siempre me había negado a contarle a nadie mis memorias, pero el año pasado la editorial Planeta me convenció”, señala en el comentario que acompaña una fotografía en la que aparece hablando frente a una persona que toma notas en un café.
Sousa dice que éste le parece el “momento ideal para hablar” y que el “niño” Diego Arroyo Gil le ha preguntado de “todo” y él le he “respondido de todo también». Entre otros libros, Arroyo Gil ha escrito dos para Planeta- “Bocaranda.
El poder de los secretos”, sobre el periodista venezolano Nelson Bocaranda, quien maneja el blog Runrunes, y “La señora Ímber”, sobre Sofía Ímber, la fundadora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
Bajo el mando de Sousa, las “misses” o “señoritas” venezolanas ganaron seis títulos de Miss Universo y además una veintena de coronas en competencias internacionales de belleza femenina.
Después de un silencio de casi un mes, a fines de marzo Sousa, un cubano-venezolano de 71 años, salió a responder a las acusaciones que varias exparticipantes del concurso de belleza se cruzaron entre ellas de haber recibido favores de empresarios cercanos al Gobierno.
“Me parece inaudito que yo tenga que negar algo que de por sí es absolutamente e inherentemente falso, pero para efectos de claridad y responsabilidad lo digo- en ningún momento yo he actuado en perjuicio de ninguna de las miles de candidatas que pasaron bajo mi mando”, indicó Sousa en una publicación de Instagram.
Sousa remarcó que su trabajo durante 40 años al frente de este certamen estuvo siempre orientado a “proteger a las candidatas por encima de todo hasta llegar al punto de la sobreprotección” y aseguró que de ello pueden dar fe “miles” de exmisses.
“El trato y la interacción con todas las candidatas por supuesto que no fue por igual ya que cada quien tiene su propia personalidad y las actitudes difieren, pero el respeto a ellas como personas y las exigencias para con ellas como profesionales y representantes de los valores y belleza de la mujer venezolana siempre fueron el común denominador”, prosiguió.
Ante las acusaciones de las “misses”, los responsables del concurso Miss Venezuela suspendieron las selecciones de candidatas para este año, cerraron la casa en la que se prepararan y ordenaron una auditoría interna.