Fort Myers, Florida.-Los fanáticos de los Medias Rojas dieron despedidas respetuosas a Mariano Rivera y Derek Jeter cuando jugaron por última vez en Fenway Park, de Boston.

Ortiz espera a sentir el mismo tipo de amor en su juego final en el estadio de los Yankees. “¿Saben lo que quiero sobre todo? Me encantaría que los fanáticos en el estadio de los Yankees me dieran una ovación de pie”, le dijo Ortiz ayer al rotativo New York Post.

Los fanáticos de los Yankees -reconocidos por su sentimentalismo en contra de los jugadores opuestos- siempre han sentido una especial animadversión hacia Ortiz.

En primer lugar, porque siempre ha sido un asesino de los Yankees a lo largo de toda su carrera: en 224 juegos contra ellos, batea .306 con un porcentaje de embasarse de .395 y un porcentaje de slugging de .565 (.960 OPS), con 47 jonrones y 158 RBI.

En segundo lugar, 28 de sus 47 jonrones han sido conectados en las dos versiones del Yankee Stadium.
Y en tercer lugar, fue la figura clave en la derrota más humillante de la franquicia de los Yankees: los neoyorquinos tenían una ventaja de 3-0 sobre los Medias Rojas en la Serie de Campeonato de 2004, haciéndoles ser el único equipo en la historia del béisbol en perder una serie al mejor de siete después de haber estado por delante 3-0.

Ortiz tuvo los batazos ganadores en los juegos 4 y 5 (en entradas extras dos veces) y provocó la derrota del juego 7 con un jonrón de dos carreras en la primera entrada.

“Los Yanquis eran el equipo a vencer en ese entonces”, dijo Ortiz al Post