
SANTO DOMINGO.-Su brillo y color amarillo intenso implica majestuosidad, algo bonito, fino y grande. Desde principios de la historia de la cultura y civilización fue usado como metal precioso para honrar a reyes o personas distinguidas, una muestra es que, al nacer el Niño Jesús, quien sería el Rey, los Santos Reyes Magos les llevaron mirra, incienso y oro.
Este último metal blando, difícil de conseguir es de alta valoración y requiere del fuego para lograr su terminación como tal, según Javier Rodríguez especialista en petrografía y mineralogía en Alemania, y miembro directivo de la Sociedad Dominicana de Geología.
“El oro es un material precioso que se presenta como un metal y no tanto como un mineral, excepto combinado con el telurio, se encuentra aislado y una de sus ventajas es que se separa de otros materiales dada su densidad o peso, maleabilidad y ductilidad que permite moldearlo”, dijo Rodríguez, director del Observatorio Sismológico del Politécnico Loyola de San Cristóbal.
