El orgasmo es una descarga explosiva y gratificante de la tensión acumulada en el encuentro sexual íntimo y acompañado de intenso placer, en el cual hay cambios en todo el organismo. Cambios que se presentan a nivel psicológico, neurológico, vascular, hemodinámico y hormonal.
Algunos de los cambios durante el orgasmo son: contracciones uterinas en la musculatura genital y alrededores; aumento de la tensión arterial, del ritmo cardíaco y de la frecuencia respiratoria, hormigueo en diferentes partes del cuerpo, oleadas de calor, alteraciones de la conciencia y de la percepción del tiempo. Puede presentarse coloración rosácea en el rostro y en otras zonas del cuerpo.
Esta coloración se conoce como rubor sexual o erupción del amor.
Las mujeres requieren mayor tiempo de estimulación que los hombres para alcanzar el orgasmo y este tiempo es diferente en cada mujer.
Esta información y autoconocerse puede mejorar la calidad del encuentro sexual y la capacidad de conseguir un gratificante orgasmo.
Tanto en los hombres como en mujeres se liberan hormonas durante el orgasmo y cada una de ellas tiene su función.
Una de ellas es la oxitocina, que favorece la creación de lazos afectivos y además produce un aumento en las contracciones uterinas que impulsan el esperma selectivamente hacia la trompa de falopio donde se encuentran el óvulo para ser fecundado por el espermatozoide contenido en el esperma.
El orgasmo tiene un efecto positivo sobre la salud en general y el bienestar de la persona, por lo que provoca conductas afiliativas y afectivas importantes para la pareja, familia y la sociedad.