En la era digital, las redes sociales se han convertido en un escenario clave donde las tendencias emergen y se diseminan a una velocidad vertiginosa.
Camino a las elecciones de ayer, días antes, se hizo tendencia el “voy a votar”, primero como informativo del momento del voto de figuras políticas y, como suele suceder, la ciudadanía se sumó y comenzó a postear su decisión de ir a las urnas agregando la rutina cotidiana que condicionaba su hora de ir a colegio electoral.
Esta inclinación de las personas a subirse a la ola de las tendencias, no sólo es un reflejo de la necesidad humana de pertenencia y relevancia, sino también un terreno fértil para el ‘engagement’ de personas y marcas. Debo destacar que este fenómeno plantea tanto oportunidades como desafíos que merecen un mayor análisis.
Naturaleza humana y tendencias
El ser humano es inherentemente social y busca constantemente formar parte de un grupo. Las tendencias en redes sociales ofrecen una forma inmediata y visible de lograr esto.
Participar en un desafío viral, compartir un meme popular o adoptar un nuevo ‘hashtag’ permite a las personas sentirse conectadas con una comunidad más amplia, obteniendo reconocimiento y validación.
Esta dinámica de interacción social y recompensa instantánea es un motor poderoso que impulsa la adopción masiva de acciones.
Para las marcas, las tendencias en redes sociales son una oportunidad dorada para aumentar su visibilidad y relevancia.
Subirse a una tendencia popular puede significar un incremento significativo en su ‘engagement’, con contenidos que se vuelven virales y alcanzan a audiencias mucho más amplias de lo habitual.
Además, participar en ellas demuestra que la marca está atenta a lo que ocurre en el mundo digital, lo que puede mejorar su imagen de modernidad y agilidad.
Esta estrategia no está exenta de riesgos. Las tendencias pueden ser efímeras y algunas pueden estar vinculadas a temas sensibles o controversiales. Una mala interpretación o un uso inapropiado de ella puede resultar en una reacción negativa por parte del público, dañando la reputación de quien las use.
Por ello, es crucial que se realice un análisis cuidadoso y estratégico antes de decidir participar en una de ellas.
Para los creadores de contenido, esto significa estar al tanto de las tendencias y participar en ellas para aumentar significativamente la visibilidad.
Sin embargo, también implica una presión constante para mantenerse relevante y competitivo en un entorno en constante cambio.
Como marca, negarse a subir a la viralidad con contenido acorde a su línea editorial es una decisión que puede ser costosa en el mundo digital.
Valoración de la originalidad
En tiempos donde la originalidad es valorada, pero las tendencias dictan lo que es popular, encontrar un equilibrio puede ser complicado. Las marcas deben esforzarse por aportar su toque único, asegurándose de que su participación sea coherente con su identidad y valores.