
La economía se define como la ciencia social que estudia el manejo de los recursos para la producción de bienes y servicios que cumplen con las necesidades humanas.
Su enfoque principal es en la producción, distribución y consumo de esos bienes y servicios, así como los procesos de toma de decisiones con respecto a los mismos. La economía no es una ciencia exacta por cuanto estudia comportamientos humanos que son complejos y muy cambiantes.
A diferencia de ciencias exactas, como la química o física, y aunque utilizan modelos matemáticos y estadísticos, muchas veces las leyes o teorías económicas no se cumplen ya que factores subjetivos como la emoción, influencias sociales u otros factores diversos intervienen en sus resultados. Es por ello que los que opinan en los medios de comunicación sobre la economía del país se dividen entre los que están a favor, los que están en contra y los que alertan.
Los optimistas o en favor del actual desarrollo económico del país se tipifican entre seguidores políticos, agencias calificadoras de riesgo crediticio y agentes económicos como bancos comerciales o de inversión.
Tal es el caso de la agencia Moodys Rating que recién elevó su apreciación de nuestra economía, la CEPAL, comisión económica para américa latina y el caribe de las naciones unidas, o el Citigroup a través de su filial Citi Research.
Los detractores o pesimistas se ubican claramente entre los de oposición política, hacedores de opinión pública y algunos profesionales del aula. Muchas de sus opiniones se basan en comportamientos económicos del pasado o en predicciones negativas acerca del futuro inmediato, pensando siempre en la atracción de votos mediante la negatividad.
Finalmente, están los que alertan, que son aquellos que estudian tendencias, modelos teóricos comprobados o experiencias de otras economías para señalar fallos y oportunidades. Estos son los menos, pero usualmente los más útiles. Como vemos, cuando de economía se trata, lo que más tenemos son opiniones encontradas.