En el país a diario se discute toda clase de temas. Aquellos que tienen que ver con el país, como el caso de la inflación provocada por los transportistas, el cólera y la indigestión del desayuno escolar, o el crimen organizado, hasta en cuarteles.
En lo internacional, si el euro subsistirá, si seguirá el aumento del petróleo, o cuándo afianzaremos relaciones con China.
Pero sobre todos estos asuntos, al año del trágico terremoto de Haití, el tema del país vecino, el destino de sus habitantes y la viabilidad de su existencia siguen dominando los temas cotidianos.
Ahora circula profusamente por círculos políticos, sociales y profesionales un articulo que se atribuye ser escrito en Puerto Rico, de la supuesta autoría de Rubén Presbot, titulado: De cólera a estado binacional.
El mismo parte de la premisa de que en el país hay legal e ilegalmente 1,500,000 haitianos, entre residentes permanentes y visitantes temporales. Aduce que la falta de soluciones y de un horizonte promisorio en aquella nación están provocando que tal oleada sea indetenible, tanto por humanidad, como por falta de voluntad entre los dominicanos.
Razona que la poblada proveniente de un país con un 90% de analfabetismo, pocas costumbres de higiene y carentes de productividad, poco aportarán, sino más bien perjudicarán a esta nación anfitriona.
Concluye aduciendo: En poco tiempo tendrán sus propios partidos políticos, sin que las diferencias de lenguas y estilos de vida eviten que el país hermano más afortunado cargue con el infortunio del necesitado; aunque con ello pague el costo de neutralizar su propio desarrollo.
Se refiere a que el desarrollo del país y el derrame de bienestar que ello debe producir entre dominicanos se diluye al repartirse con los huéspedes del país vecino que poco a poco se convierten en residentes permanentes.
Esta opinión de Presbot debería ponernos a pensar colectivamente, no tan solo a ciertos intelectuales y políticos, en cómo hemos de manejar efectivamente, en el corto y mediano plazo, la desesperante crisis que padecen los haitianos.