Brasil. – Una operación contra el crimen organizado que ha acaparado la atención del mundo por lo implacable, tenaz y devastador que ha sido para las familias, ha dejado más de 132 muertos y 113 apresados en Penha, Brasil.
Tan feroz y determinante fue que, según los testimonios de los vecinos, no hubo oportunidad ni para quienes se rindieron de rodillas. Los cuerpos sin vida, muchos de ellos sin camisa y decapitados, con rastros de torturas (algunos con dedos menos), junto a teléfonos, armas y pertenencias, son solo algunas de las tantas evidencias encontradas en el bosque cercano a las comunidades de Alemão y Penha.
¿Cómo se ejecutó la operación contra el crimen organizado más grande de los últimos tiempos, calificada como una "carnicería" en Brasil?
La operación que cobró la vida de más de 121 personas, entre las que figuran cuatro policías, fue planificada durante unos 60 días, según el diario brasileño "Globo.com", y tenía como fin acabar con el crimen organizado que se había instituido en esa zona, denominado "Comando Vermelho".
Te puede interesar leer: Río de Janeiro cuenta más de un centenar de muertos en su operación más cruenta
Según los datos de este medio, los miembros del Comando Vermelho al parecer tenían conocimiento de esta operación que pretendía realizar la Policía Civil de Río de Janeiro bajo las órdenes del gobernador Claudio Castro, debido a que días antes estaban reclutando a más personas para fortalecer las operaciones de la facción en la capital.

Previo a realizar la denominada "carnicería" por testigos del sector, la Policía de Río ya había ejecutado unas 449 detenciones a líderes de fuera del estado en aproximadamente un año, sin contar a la Policía Militar, que también arrestó a cientos, según las declaraciones de Felipe Curi, secretario de la Policía Civil.
Además, este destacó que de los 133 arrestados durante la operación Vermelho, 33 no pertenecían al estado de Río, sino que eran de otras provincias.
Una de las principales características que definió el letal impacto contra el narcotráfico en Brasil tras la operación fue la llamada "muro del BOPE", una estructura que bloqueaba las rutas de escape a través del bosque entre las comunidades de Alemão y Penha.
Lugar donde se registró la mayor contienda entre la Policía y el Comando Vermelho, desde donde se podían apreciar cuerpos desfigurados, decapitados, algunos sin dedos, medio desnudos, con teléfonos celulares que contenían mensajes donde aseguraban a familiares que habían decidido rendirse y ser arrestados antes que morir, logrando como resultado un final distinto.
Testimonios de impacto

Entre los testimonios recopilados por algunos medios locales como el "Jornal Do Brasil", relatan cómo fueron las imágenes y momentos de tensión que se vivieron en el desarrollo de la operación.
"Oímos los gritos y los gritos de auxilio y fuimos a ayudar. Vivo cerca. Entré al bosque a las 3 de la madrugada", dijo un residente. El hombre de 25 años, que prefirió no ser identificado, dijo que en ese momento la policía todavía estaba en el lugar e intentó impedir que llegara la ayuda.
"No dejaban de disparar, de lanzar bombas de gas lacrimógeno, y muchas veces tuvimos que ponernos a cubierto. Disparaban, y nosotros nos escondíamos entre los cuerpos para poder seguir adelante", informó.
El testigo había estado previamente en el Instituto Médico Legal (IML) para intentar recuperar el cuerpo de un primo, fallecido durante el operativo. Mientras intentaba prestar ayuda, el hombre reveló que el lugar en el bosque era desolador.
"Encontramos muchos hombres muertos sin camisa, acribillados a balazos, con las manos y los dedos cortados, y también decapitados. Vi claramente una cabeza entre las ramas de un árbol y el cuerpo tendido en el suelo", dijo.

Le mostró al reportero un video de la víctima encontrada en esas condiciones, identificada como Ravel. Fotógrafos que habían estado en la zona previamente también encontraron víctimas muertas con la cabeza cortada a cuchilladas.
Según el testigo, los residentes que participaron en el rescate también accedieron a teléfonos celulares encontrados en el lugar o recibieron mensajes de audio de las víctimas en los que afirmaban haberse rendido antes de la ejecución, contradiciendo la versión del gobierno estatal de que los muertos fueron víctimas de un enfrentamiento.
Otro caso es el de una esposa quien con llantos relataba que había recibido un mensaje de su esposo días antes asegurando que su única salida era entregarse y que ya había tomado la decisión de hacerlo.
"Me envió un mensaje de texto y me llamó a las 3 de la tarde del miércoles diciendo que se iba a entregar porque no había otra salida. Mi esposo iba a entregarse, y lo mataron", informó la viuda, quien prefirió no ser identificada.
Wesley Martins da Silva, alias DW, de 28 años y originario de Pará, era uno de los principales implicados en el narcotráfico, según sus familiares. Recibió un disparo en la pierna antes de fallecer.
“Encontré su cuerpo en el bosque. Sus compañeros, que estaban con él, lo trajeron de vuelta. Sabemos la vida que llevaba, pero había órdenes de arresto en su contra. ¿Por qué no las ejecutaron?”, dijo la viuda, indignada.
¿Qué dijo Lula Da Silva sobre la Operación Vermelho?
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que el país “no puede aceptar” que el crimen organizado siga imponiendo su poder en las comunidades, luego del operativo policial más letal en la historia reciente del país, que dejó al menos 132 muertos en Río de Janeiro.

A través de un mensaje publicado en X, Lula instó a combatir el narcotráfico “sin poner en riesgo la vida de policías, niños ni familias inocentes”. “No podemos aceptar que el crimen organizado continúe destruyendo familias, oprimiendo vecinos y esparciendo drogas y violencia por las ciudades”, expresó el mandatario, quien llamó a un “trabajo coordinado” entre los distintos niveles del Estado para atacar las estructuras delictivas.
Etiquetas
Génesis García
Amante de la buena comida, las buenas conversaciones y la comedia. Locutora y Periodista, me gusta escribir de turismo y temas sociales.