El Tribunal Penal Internacional (TPI) de las Naciones Unidas ordenó a Israel posibilitar el flujo de asistencia humanitaria a Gaza para evitar una hambruna.
En una decisión unánime, la máxima instancia judicial de la ONU -con sede en La Haya- dijo que Israel tenía que actuar “sin demora” para permitir el “aprovisionamientode los servicios y asistencia humanitaria básicos, urgentemente necesitados”.
El llamado sucede después de las advertencias de que la hambruna podría afectar a Gaza en unas semanas.
Israel tildó de «sin fundamentos» las acusaciones de que está obstaculizando la llegada de ayuda.
El más reciente fallo del tribunal se da después de que Sudáfrica solicitara el cumplimiento de una orden emitida a Israel en enero para que tome todas las medidas para evitar actos genocidas en Gaza.
Sudáfrica afirmó que, como signatario de la Convención sobre Genocidio de 1948 de la ONU, tenía la obligación de actuar para prevenir que esto ocurriera en Gaza.
El país ha sido sumamente crítico de la operación militar israelí y el gobernante Congreso Nacional Africano (CNA) tiene una larga historia de solidaridad con la causa palestina.
Una orden inoperante
Aunque las órdenes emitidas por el TPI son legalmente vinculantes, el tribunal no cuenta con la potestad para hacerlas cumplir. El Consejo de Seguridad es la única entidad de la ONU que puede aplicar medidas para asegurar que se cumplan.
El fallo del TPI vino después de un informe publicado la semana pasada por la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF), administrada por el Programa Mundial de Alimentos y otras plataformas, advirtiendo de una situación “catastrófica” evolucionando en Gaza.
Según el informe, 2,2 millones de personas en la Franja están “enfrentando altos niveles de inseguridad alimentaria aguda” y se proyectaba que la hambruna llegaría al norte del territorio antes de finales de mayo.
Una hambruna ocurre cuando un país tiene tal escasez de alimentos que su población enfrenta desnutrición aguda, inanición o muerte.
En su fallo, el TPI dijo que Gaza “ya no enfrenta solo el riesgo de hambruna” pero que “la hambruna se está arraigando” y que, según los observadores de la ONU, 31 personas, incluyendo 27 niños, ya han muerto de desnutrición y deshidratación.
Fuertes acusaciones
El tribunal también resaltó los comentarios de Volker Türk, el alto comisionado de derechos humanos de la ONU, que la semana pasada manifestó que “la situación de hambre, inanición y hambruna” era “el resultado de las extensas restricciones impuestas por Israel a la distribución de asistencia humanitaria y bienes comerciales, el desplazamiento de la mayoría de la población, así como la destrucción de la infraestructura civil crucial”.
Türk recientemente la comentó a la BBC que había un caso “factible” de que Israel estaba usando la hambruna como arma de guerra en Gaza y que, si la intención se comprueba, eso equivaldría a un crimen de guerra.
El TPI señaló que Israel debía “tomar todas las medidas necesarias y efectivas para asegurar, sin demora, en total cooperación con las Naciones Unidas, el aprovisionamiento a escaña sin trabas… de los servicios y asistencia humanitaria básicos, urgentemente necesitados”.
La asistencia más requerida incluye comida, agua, electricidad, combustible, albergue y ropa, así como productos de higiene y suministros médicos, dijo el tribunal.
En los meses recientes, se han formado largas colas de camiones con asistencia esperando entrar a Gaza desde Egipto, e Israel ha sido objeto de acusaciones de estar sometiendo los envíos a complejas y arbitrarias inspecciones.
La respuesta de Israel
Israel calificó las acusaciones de que está obstaculizando los envíos de asistencia de “completamente infundados”.
En su respuesta a la orden del tribunal, el Ministerio de Exteriores de Israel declaró que continuaba “promoviendo nuevas iniciativas y expandiendo las existentes” para permitir un flujo continuo de asistencia a Gaza “por tierra, aire y mar”, trabajando con la ONU y otros.
Afirmó que Hamás era el culpable de la situación en Gaza por haber iniciado la guerra.
Añadió que Hamás también incauta mucha de la asistencia que entra a Gaza y acusó a la ONU de no distribuir lo que queda entre la población civil.
El actual conflicto comenzó después del ataque del 7 de octubre, cuando milicianos armados liderados por Hamás cruzaron la frontera hacia Israel, matando unas 1.200 personas y tomando más de 250 rehenes.
De los retenidos, se desconoce la suerte de unos 130 y de estos por lo menos 34 se presumen muertos.
El Ministerio de Salud de Gaza administrado por Hamás afirma que la campaña de represalia de Israel ha cobrado por lo menos 32.623 vidas. A principios de este mes, el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, dijo que entre esos muertos, más de 25.000 son mujeres y niños.
Israel ha declarado su intención de continuar con su misión de eliminar a Hamás, a pesar de la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU llamando a un cese el fuego inmediato a principios de la semana.
El ejército de Israel lanzó otra redada contra el hospital al Shifa, el principal de Gaza, donde miles de desplazados se refugiaban.
El hospital al Amal, en el sur de Gaza, quedó fuera de servicio esta semana, después de que las tropas israelíes forzaran la evacuación de los médicos y pacientes, según lo informado por la Sociedad de la Media Luna Roja palestina.
También ha habido repetidos ataques aéreos contra lo que Israel llama objetivos de Hamás por toda Gaza.
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