La inteligencia artificial (IA) tiene potencial para mejorar la vida de las personas, pero si no se pone el cuidado necesario en su desarrollo y uso, también es capaz de generar problemas.
Eso es lo que señalan catedráticos, empresarios y el órgano asesor de las Naciones Unidas en esta materia, creado el año pasado y copresidido por la española Carme Artigas, presentó ayer en Nueva York un informe para ser votado a inicios de la semana que viene, en el que se remarcan los pasos a dar para evitar que la tecnología del momento, esa que aspira a transformar más todavía las vidas de todos, termine causando más problemas que soluciones.
“Como expertos, mantenemos el optimismo sobre el futuro de la IA y su potencial para el bien. Sin embargo, ese optimismo depende de un enfoque realista sobre los riesgos y la insuficiencia de las estructuras e incentivos actualmente existentes”, señalan los expertos en el informe, que recibe el nombre ‘Governing AI for Humanity’ (Gobernando la IA para la humanidad, en castellano) y ya está disponible para su consulta.
Se destaca, además, que de todos los estados miembro de la ONU, sólo siete (Francia, Canadá, Italia Alemania, Japón, Estados Unidos y Reino Unido) son parte de todas las grandes iniciativas para la gobernanza de la Inteligencia Artificial, mientras que 118 no participan en ninguna.