GINEBRA. — La persecución y los conflictos en lugares como Siria y Afganistán elevaron el número total de refugiados y desplazados internamente en todo el mundo a 65,3 millones de personas a finales del año pasado, un nuevo record, según la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR.
En 2014 ya se había registrado el mayor movimiento de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, con 60 millones de personas desplazadas.
Pero el año pasado — cuando Europa se vio sacudida por la llegada de una gran oleada migratoria — el adato aumentó en casi un 10%, explicó ACNUR el lunes en la presentación de su informe anual Global Trends Report.
La agencia de la ONU, con sede en Ginebra, instó a los líderes europeos y de otras partes del mundo a hacer más para poner fin a las guerras que alimentan el éxodo de personas desde sus países de origen.
“Espero que el mensaje que llevan aquellos que se ven obligados a marcharse llegue a los líderes: necesitamos acción, acción política, para parar conflictos”, dijo Filippo Grandi, el alto comisionado de la ONU para los Refugiados. “Su mensaje es: si no solucionan los problemas, los problemas vendrán a ustedes”.
El detallado estudio de ACNUR apuntó que, de media, el año pasado hubo 24 desplazados por minuto — unas 34.000 personas al día — desde los 6 por minutos que se registraban en 2005.
Los desplazamientos globales se han duplicado desde 1997, y crecieron el 50% solo desde 2011 — cuando comenzó la guerra en Siria.
Más de la mitad de todos los refugiados procede de tres países: Siria, Afganistán y Somalia. Turquía fue el país que más desplazados acogió por segundo año consecutivo, aceptando a 2,5 millones de personas — casi todos ellos de la vecina Siria. Pakistán, que comparte frontera con Afganistán, tuvo 1,6 millones, mientras que Líbano, también junto a Siria, da cobijo a 1,1 millón de personas.
Según Grandi, legisladores y grupo de derechos enfrentan importantes desafíos para ayudar a la mayoría de los desplazados: unos 40,8 millones de personas están desplazadas dentro de su propio país por la guerra.
Otros 21,3 millones son refugiados de guerra y unos 3,2 millones son solicitantes de asilo. Más de un millón de personas huyó a Europa el año pasado, provocando una crisis política en el continente.
Grandi pidió a los países que trabajen para combatir la xenofobia que ha acompañado al aumento de las poblaciones de refugiados, y criticó las barreras tanto físicas — como las vallas levantadas por alguno países europeos — y legislativas limitan ña entrada a los estados más ricos y pacíficos de la Unión Europa. Estas políticas comunitarias están “difundiendo un ejemplo negativo en el mundo”.
“No hay Plan B en Europa en el largo plazo”, explicó Grandi. “Europa seguirá recibiendo a solicitantes de asilo. El número podría variar (…) pero es inevitable”.