Lo he escuchado de manera informal y no he tenido oportunidad de comprobarlo efectivamente. Pero como suele ocurrir cuando a uno le dan una mala noticia, albergo en lo más íntimo de mi ser la esperanza de que sea mentira.
Me refiero al ¿rumor? de que la radiotelevisora del Estado no va a continuar transmitiendo en vivo las sesiones de la Asamblea Nacional que está modificando la Constitución.
De ser cierto, ¿cuáles pueden ser las razones para una decisión tan absurda, que privaría a la ciudadanía de su derecho a saber lo que están haciendo en nombre suyo esos señores asambleístas con el futuro del país?
Que no se nos diga que lo hacen por razones económicas, en una nación donde se le ha perdido el respeto al dinero y se habla de miles de millones de pesos para cualquier proyecto sin importancia.
Tampoco queremos pensar que dichas transmisiones cesarán dizque para evitar que el pueblo vea y oiga los disparates que espetan algunos legisladores, o en represalia porque la mayoría de ellos sólo piden la palabra para tener una dosis de figureo público.
Por muy pobres que sean las discusiones sobre la Constitución, el público tiene pleno derecho a conocerlas, y es un abuso de lesa patria privar a la República de la posibilidad de darle seguimiento, paso a paso, a un asunto tan trascendental.
Los dominicanos estamos hastiados ya de tanto misterio y tanto secretismo. Quisiera que sea mentira la suspensión de tales transmisiones. Ojalá sea mentira.