Odiar una montaña

Odiar una montaña

Odiar una montaña

David Alvarez

“La detestaba”. Con esa fuerza comienza el cuento que le da nombre a su libro Gonzalo Martín de Marcos. Su ópera prima en la narrativa.

Segoviano, trashumante pese a su juventud, sólidamente formado en España y Estados Unidos, actual profesor a tiempo completo en nuestra Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y uno de los profesores insignia del Doctorado en Español de la PUCMM, el primero propio de una universidad dominicana.

Al cuento soy adicto desde que encontré a Bosch y Borges.

Su brevedad e intensidad le roba protagonismo a la novela, en mi humildísimo criterio, en el mundo de la creación.
Mientras el novelista puede holgazanear por muchas páginas y el lector tomarse la licencia de saltarlas, en el cuento una palabra de más, o de menos, destruye la filigrana arquitectónica del texto.

Para muestra la brevedad de Monterroso: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

La obra de Martín de Marcos contiene 11 relatos, todos bien construidos, técnicamente hablando, y bien inspirados, al gusto de este lector amateur.

Que los pariera editorialmente en esta tierra lo amarra existencialmente a nuestro lar con independencia de su sino personal. Las musas y su voluntad creativa trasluce ya en sus relatos experiencias en nuestro entorno.

Enseñando, pensando y narrando nos ganamos con Gonzalo, como universidad y sociedad, a un gran talento, que buena falta nos hace, para construir una sociedad rica en su economía, justa en su política y abierta al mundo en su cultura.



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