El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, rechazó este viernes la construcción del oleoducto Keystone XL que transportaría petróleo desde la región canadiense de Alberta hasta el estado estadounidense de Nebraska.
«El Departamento de Estado ha decidido que el oleoducto Keystone XL no cumple con los intereses nacionales de Estados Unidos. Yo coincido con esa decisión», sostuvo Obama durante una breve comparecencia.
Keystone XL, cuya construcción fue propuesta por primera vez hace 7 años, tendría una extensión de 1.900 kilómetros.
Obama fundamentó su decisión con el argumento de que el proyecto no iba a contribuir a reducir los precios de la gasolina en Estados Unidos, ni crearía empleos estables en ese país ni ayudaría a reducir su dependencia de fuentes energéticas foráneas.
«Este oleoducto no sería una bala de plata para la economía, como algunos prometían, ni sería una vía rápida hacia el desastre climático, como otros proclamaban», dijo el mandatario.
Agregó que aprobar este proyecto habría disminuido el liderazgo de Estados Unidos en un momento en el que es necesario tomar medidas para prevenir los peores efectos del cambio climático.
En ese sentido, el mandatario recordó que dentro de pocas semanas asistirá a la cumbre internacional de París sobre el cambio climático.
¿Un nuevo intento?
Keystone XL estaba pensado para transportar unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido. Habría unido cadenas ya existentes de oleoductos entre los países y eventualmente llegaría al Golfo de México.
TransCanada Corporation, la empresa canadiense que impulsaba el proyecto, ratificó que sigue plenamente comprometida con la construcción del oleoducto.
Anunció que revisaría todas sus opciones incluyendo la posibilidad de solicitar un nuevo permiso ante las autoridades estadounidenses.