La Habana.-Los presidentes Barack Obama y Raúl Castro lanzaron una nueva relación entre Estados Unidos y Cuba, al cabo de una histórica reunión ayer en La Habana en la que también se comprometieron a dejar atrás sus diferencias.
Obama celebró un “nuevo día” en sus relaciones, tras más de medio siglo de hostilidades. E incluso fue más lejos al afirmar que el asunto de los derechos humanos ya no será un obstáculo entre los dos países.
“El objetivo del diálogo sobre derechos humanos no es que Estados Unidos le dicte a Cuba cómo debe gobernarse, sino asegurarnos de que tenemos una conversación franca, honesta sobre este tema, y de que podamos aprender los unos de los otros”, señaló Obama en la rueda de prensa, que fue transmitida en directo por la TV cubana.
Por más de dos horas, en una reunión en el emblemático Palacio de la Revolución, ambos gobernantes trataron los asuntos más sensibles para sus dos países, enfrentados durante medio siglo de Guerra Fría, como el embargo de Estados Unidos a la isla comunista y el respeto a los derechos humanos en Cuba.
A su vez, Castro instó a “aceptar y respetar las diferencias y no hacer de ellas el centro de nuestra relación”.
La rueda de prensa subió de tono cuando un periodista interrogó a Castro sobre la detención de opositores.
“Dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos, menciónala ahora”, le respondió Castro, visiblemente agitado.
“Si hay esos presos políticos antes de que llegue la noche van a estar sueltos”, agregó. Más adelante, Castro volvió sobre el asunto ante una nueva pregunta y afirmó: “No es correcto preguntarnos por presos políticos.