El caso Odebrecht estará sobre la palestra durante mucho tiempo y cada día saldrán aristas nuevas. La figura clave para cualquier desenlace es el empresario Ángel Rondón, quien tiene claramente definida su estrategia de defensa fuera y dentro del tribunal.
Rondón, en todo momento, ha mantenido su versión de que él era representante comercial de la constructora brasileña y que los recursos que recibía de esa empresa era en pago a sus honorarios.
Los demás imputados, indirectamente, también tienen en Rondón un medio de defensa, pues si no se prueba que el empresario recibió dinero para pagar sobornos, difícilmente se probará que ellos recibieron tales sobornos.
Rondón ha introducido un nuevo elemento y es afirmar que en el proyecto de Punta Catalina tuvo con Odebrecht la misma relación contractual que con las otras obras desde 2001.
Su intención es que si se obró mal en las unas, igual ocurrió en la otra o si por el contrario se obró bien en la una, igual ocurrió con las otras.
Es decir, Rondón está metiendo todas las obras de Odebrecht en el mismo saco y por tanto, desde su óptica, el Ministerio Público no puede sacar a ninguna.
En los campos de Higüey dirían “o todos toros o todos vacas”.
El escrito de defensa del empresario higüeyano consta de 239 páginas que deben ser leídas todas por quien quiera vislumbrar por qué calle podría ir la procesión.
Rondón y sus abogados tienen muchos tiros y aunque están administrando su detonación empezaron a enseñar algunas municiones.
Ya tenemos los avances, esperen la película.