Nunca lo entenderé

Nunca lo entenderé

Nunca lo entenderé

Rafael Molina Morillo, director de El Día

Hay cosas en la vida que, por difíciles que parezcan, son tan lógicas y bien explicadas que la gente común y corriente como yo, por ejemplo, acabamos por comprenderlas.

En esa categoría de fenómenos pueden incluirse, para citar solo algunos, la aviación, que nos permite ver con la mayor naturalidad como un aparato que pesa cientos de toneladas y lleva 300 pasajeros a bordo vuela por los aires y en cuestión de horas se traslada a cualquier parte del mundo.

Otro buen ejemplo de lo que afirmo lo constituye la existencia del internet, invento maravilloso que ha revolucionado al mundo y cuyo funcionamiento puede ser explicado a millones de usuarios ubicados en cualquier parte del globo terráqueo.

Del mismo modo, también existen cosas a las cuales los mortales humanos comunes y corrientes, como yo, no les hemos encontrado explicación, por más vueltas que les demos en busca de alguna lógica que nos permita llegar a un mínimo grado de entendimiento.

Que alguien me explique, por ejemplo, cómo un legislador representante de una provincia sureña que estuvo envuelto en ominosos casos de corrupción hace pocos meses, ha resultado ser el más votado en toda la República para reelegirse como congresista por cuatro años más.

Este inexplicable caso me recuerda el de un diputado por la provincia La Vega, condenado a cárcel como culpable del delito de introducir ilegalmente al país a un grupo de chinos indocumentados, fue, a pesar de ello, reelegido de nuevo en aquella ocasión.

¿Cuál es el criterio de los electores para escoger a sus representantes en el Congreso? No lo entiendo. Quizás me resulte más fácil tratar de comprender la fórmula de la relatividad de Einstein, E=mc2. ¡Sería mucho más fácil!



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