La Administración de seguridad y transportación de EE. UU. (TSA por sus siglas en inglés) informó que a partir de octubre de 2020 solicitará a todas las personas que residan en los EE. UU., sean estadounidenses o no, portar su pasaporte vigente o una identificación real o REAL ID para vuelos domésticos en territorio estadounidense y para ingresar a ciertas oficinas federales y gubernamentales.
Estas identificaciones pueden ser la licencia de conducir o una tarjeta de identidad del estado donde la persona reside, debidamente avalados como un REAL ID. Antes de la fecha indicada, todas las personas deben adquirir dicha identificación o actualizar la existente.
Para esto deberán presentar pruebas de su identidad y otras documentaciones como el seguro social, dos pruebas de su lugar de residencia, que pueden ser cheques personales, facturas, o el formulario W-2, que es la constancia del pago anual que recibe la persona en caso de ser empleado.
Esta medida fue aprobada por el congreso estadounidenses mediante el acta ID Real de mayo de 2005. El acta modifica la ley federal relativa a seguridad, autenticación y estándares de procesos de emisión de licencias de conducir y tarjetas de identidad, así como otros asuntos relativos a inmigración y terrorismo.
La TSA es una agencia dependiente del Departamento de Seguridad Nacional, tiene autoridad sobre la seguridad de los viajes en Estados Unidos y fue creada en respuesta a los ataques del 11 de septiembre del 2001.
Aunque esta medida es de seguridad, impactará a las personas que no tienen un estatus migratorio legal debido a que no podrán presentar las pruebas que solicitan para la expedición del REAL ID.
Cada vez más los inmigrantes tendrán que hacer mayores esfuerzos para regular su estatus, ya que sus actividades diarias se verán limitadas.