Hay que aplaudir la iniciativa de convertir el 911 en un efectivo instrumento para hacer frente a emergencias mediante una simple llamada telefónica.
Teóricamente, pero sólo teóricamente, nuestro país es uno de los que cuentan con un sistema de auxilio urgente con sólo marcar ese número en el teléfono. Pero la verdad es que aquí eso no ha funcionado como habría de esperarse.
En otras latitudes el 911 es una realidad incuestionable, pues basta decir aló, quiero ayuda para que en cuestión de minutos hayan acudido al lugar correspondiente los equipos médicos, de bomberos, de policía y de todo tipo que sean necesarios.
Al congratularnos porque ya se están dando los pasos para que el sistema comience a hacerse efectivo en este país, debemos tener en cuenta el nivel de alfabetización de buena parte de la población dominicana, a la hora de poner en práctica la necesaria campaña educativa que debe acompañar su puesta en práctica.
Ello así, porque si decimos NUEVE ONCE, mucha gente (y especialmente muchos niños) buscarán el NUEVE y el ONCE en el teclado o el discado del teléfono, y lógicamente no encontrarán el ONCE por ninguna parte.
La fórmula que debe popularizarse es: NUEVE, UNO, UNO, para que se marquen esos números en forma sucesiva.
En otros países se ha tenido en cuenta este detalle, con mucho éxito.