Bloomberg News.-Bajando diez escalones al costado o tras la puerta trasera de las casas unifamiliares de Ozone Park, Queens, se extiende un submundo de viviendas ilegales en los sótanos, subproducto del déficit habitacional crónico de Nueva York.
Para el alcalde electo Bill de Blasio, los apartamentos subterráneos ubicados en barrios que en general están fuera de Manhattan simbolizan el fracaso del gobierno para ofrecer viviendas asequibles a los vecinos de la ciudad más grande de los Estados Unidos.
De Blasio asumirá su cargo el 1 de enero después de haber prometido construir o preservar 200,000 unidades para familias de ingresos bajos o medios en la próxima década.
De Blasio, demócrata de 52 años, ganó las elecciones este mes por el mayor margen de un candidato que no está en ejercicio en la historia de la ciudad con una plataforma en la que promete reducir la creciente brecha entre ricos y pobres.
Si no se hace algo, declaró a poco de iniciar su campaña, Nueva York corre el riesgo de convertirse en un lugar sólo para ricos, “donde los barrios de ingresos mixtos serán cosa del pasado”.
Los neoyorquinos gastan un porcentaje de su salario más alto que nunca en vivienda, en tanto un tercio de ellos paga por lo menos la mitad de sus ingresos en alquileres, según datos de la Junta de Pautas de Alquileres.
La emergencia habitacional, que complica a los alcaldes desde hace décadas, sólo puede empeorar ya que los funcionarios municipales pronostican que la población crecerá alrededor de un 10 por ciento, a 9,1 millones de habitantes para 2030.