Las autoridades de Nueva York respaldan la iniciativa de construir un edificio lujuoso con entrada para ‘ricos’ y otra trasera para ‘pobres’ pese a la polémica en torno al asunto.
En un principio, la idea pertenecía a Bill de Blasio, actual alcalde de Nueva York, quien lanzó un programa de viviendas económicas que preveía la existencia de apartamentos para pobres en todos los edificios residenciales, incluso en los de más alta clase. Por eso se supone que ‘los pobres’ tienen que estar agradecidos.
«Nadie dijo que el objetivo del proyecto de construcción fuera la plena integración de la clase baja», comenta David Von Spreckelsen, vicepresidente de la compañía de construcción Toll Brothers.
“Los políticos no dejan de criticar la idea de las puertas traseras para pobres, pero creo que sería injusto que las personas adineradas estuvieran obligadas a compartir la entrada con la gente de bajos recursos, pues pagaron una fortuna para poder vivir en edificios impresionantes”.