Desde el inicio de la creación Dios nos muestra lo importante que es para él la familia. Y dijo Dios, ¨No es bueno que el hombre esté solo y de una de sus costillas creó a la mujer¨, desencadenando esto la familia, -así de sencillo y glorioso a la vez-, lo que se ve fue creado de lo que no se ve.
Desde el principio Dios se refería en sus promesas, sea de bien o como resultado por el mal comportamiento del hombre, y nos alertaba sobre que las consecuencias de nuestros actos alcanzaban a nuestros descendientes.
En los hechos de los apóstoles en la Biblia, Pablo, mediante el espíritu de Dios , contestó ante una pregunta acerca de ¿qué tenían que hacer para ser salvos?, él le contestó, ¨Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa¨. Conscientes de lo anteriormente dicho, podemos estar confiados, las promesas de Dios tienen carácter de eternidad, de nuestra parte solo está el servirle de corazón e interceder constantemente y sin desmayar por nuestros hijos y familias.
Los días son malos y como padres tenemos que estar alertas, en constante comunicación con ellos y fervientes en la oración. La oración de una madre o un padre por sus hijos tiene una connotación especial y sagrada, es por lo que debemos orar sin cesar por ellos, transmitirle la Palabra, no importa cuán imposible veamos la transformación de nuestros hijos, ni que tan grande sean sus pecados…eso está en las manos del QUE TODO LO PUEDE, JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS, EL OMNISCIENTE, OMNIPRESENTE Y OMNIPOTENTE DIOS.
No miremos nuestras circunstancias en torno a la vida de nuestros hijos, fijemos nuestra mirada en Dios, él único que puede transformar sus vidas para bien. Prediquemos con nuestra vida que Jesús vive en nosotros, fomentemos el estudiar la palabra en familia, ahora estamos en la era digital, aprovechémosla, hagamos un grupo familiar en Whatsapp y entre otras cosas, compartamos mensajes, reflexiones, practiquemos el amor filial, desarrollemos la paciencia y sobre todo tengamos a Dios como centro de nuestro hogar.
Dios ha prometido que la salvación llega a tu familia, junto con la tuya, pero la misma es individual, a nosotros nos toca interceder y el Señor completará la obra. ESTAD QUIETOS Y SABED QUE YO SOY JEHOVÁ TU DIOS. dice el Señor. El cumple sus promesas, en nosotros está el serle fiel y confiar que nuestros hijos, son hijos de su Promesa.
Un gran abrazo.