Kazajistán.- El serbio Novak Djokovic derrotó ayer al griego Stefanos Tsitsipas por 6-3 y 6-4 en la final del torneo de tenis de Astana, en la que ofreció una exhibición de juego que anuló cualquier intento de reacción de su rival.
Cuarto cabeza de serie el serbio, tercero el griego, ambos dominaron fácilmente sus primeros juegos de saque hasta que, en el octavo, Tsitsipas flaqueó y Djokovic se colocó con un 15-40 que aprovechó de inmediato. Con un plus de confianza, el de Belgrado cerró el set con un juego en blanco. Solo le llevó media hora.
Tsitsipas lo intentó con aproximaciones más atrevidas a la red, pero en una de ellas Djokovic le superó con una derecha cruzada que le hizo pensárselo dos veces en las siguientes ocasiones.
Tras el 2-2, Djokovic ofreció al resto su mejor cara, la de los paralelos y los restos implacables, y rompió para 3-2.
Al griego le resultó imposible arrebatarle el saque a su rival. Salvó dos puntos de partido, pero al tercero no lo quedó más remedio que inclinar la raqueta, ante un revés paralelo del maestro.