
Desde hace un tiempo a la fecha se ha venido debatiendo designar el estadio Cibao, con el nombre del expelotero Miguel Diloné, definitivamente el jugador más excitante de las Águilas Cibaeñas en toda su historia.
Ese apellidar, incluso ya ha sido aprobado, por lo menos en primera lectura en la Cámara de Diputados.
Soy un admirador de Diloné, porque sus dotes como pelotero eran extraordinarias, y nadie las puede eludir bajo ninguna circunstancias.
Sin embargo, creo que en nuestro país se ha venido cometiendo un error con la designación de estadios con nombres de peloteros.
Lo mismo ocurre aquí en los de otras disciplinas, mientras en todo el mundo esa es una política que prácticamente ha desaparecido.
Un ejemplo lo tenemos en los estadios Tetelo Vargas y Julián Javier, entre otros.
Y es que cada día surgen figuras que superan por mucho a los que ya han sido “bendecidos” con sus nombres para instalaciones.
El país tiene varios inmortales en Cooperstown, y cada día se irán agregando otros, a los que no habrá tantas estructuras físicas que puedan ser designadas con sus nombres.
Qué hacer con figuras como Pedro Martínez, David Ortíz, Adrián Beltré, Vladimir Guerrero, y otros que como Albert Pujols serán en un breve lapso seguros integrantes del Salón de la Fama.
Tetelo Vargas, por ejemplo, fue un excelente jugador, pero no creo que haya sido el mejor pelotero que ha producido hasta ahora San Pedro de Macorís.
Ojalá que podamos contar con el número de estadios y obras de otra índole para designarlas con el nombre de todos los grandes atletas en diferentes disciplinas, pero eso no se vislumbra, y si se continúa en esa práctica, se seguirán cometiendo injusticias para la gran mayoría.
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Hugo López Morrobel
Hugo López Morrobel es un destacado periodista deportivo dominicano que, aunque inició su formación en Ingeniería Electromecánica en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, encontró su verdadera vocación en el periodismo. Su carrera comenzó en Radio Televisión Dominicana a finales de la ...