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“No voy a esperar a que me ahogue”: el drama de quienes viven a orillas del río Ozama

  • Las intensas lluvias provocadas por la tormenta tropical Melissa han vuelto a poner en evidencia la vulnerabilidad de las familias que viven a orillas del río Ozama

Santo Domingo. Las intensas lluvias provocadas por el huracán Melissa han vuelto a poner en evidencia la vulnerabilidad de cientos de familias que viven a orillas del río Ozama. Una de ellas es María López, quien después de más de 20 años residiendo en el sector Rivera del Ozama, decidió mudarse este fin de semana a una vivienda prestada luego de que el agua inundara nuevamente su casa.

“Se me metió el agua y no voy a esperar a que sea tarde. No voy a esperar a que me ahogue. Me prestaron una casita y me voy ahora que todavía es temprano”, dijo la mujer, visiblemente afectada.

Aunque su vivienda forma parte del Proyecto de Recuperación del Margen Oriental del río Ozama, ejecutado por la Unidad para la Readecuación de Barrios y Entornos (URBE), López aseguró que decidió irse por cuenta propia ante el temor de quedar atrapada en futuras inundaciones.

Familias aún esperan compensaciones

No todas las familias han podido salir del lugar. Decenas de residentes continúan a la espera de las compensaciones prometidas por el proyecto URBE, que busca reubicar a los habitantes de la ribera del Ozama y el Isabela.

“Se ha entregado comida cruda y cocida en algunas zonas, y el Plan Social hizo un levantamiento, pero solo en las casas que estaban inundadas. Aquí hay mucha necesidad; hay personas que también deben ser tomadas en cuenta”, expresó Andrés Ruiz, presidente de la Junta de Vecinos de Rivera del Ozama.

El dirigente comunitario advirtió además que, tras cada fenómeno atmosférico, aumentan los riesgos sanitarios debido a la acumulación de aguas y desechos.

“Después de las lluvias vienen los moquitos, la leptospirosis y otros virus. Necesitamos que el Gobierno actúe con tiempo”, alertó Ruiz.

Denuncian lentitud y desigualdad en los pagos

Ruiz también cuestionó el proceso de pago y compensación del proyecto URBE, alegando que muchas familias han recibido montos insuficientes o siguen esperando los recursos prometidos.

“A mí me pagaron poco. Según el esquema, si uno vive dentro de la casa le tocan 300 mil pesos, pero si es de madera o de zinc te dan 50 o 60 mil, y hasta 12 mil pesos. Eso no alcanza para vivir dignamente”, explicó.

De acuerdo con el líder comunitario, unas 800 viviendas serían desalojadas en esa franja del río, pero el proceso se ha realizado “de manera desordenada”, lo que genera incertidumbre entre los moradores.

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Joan Vargas

Joan Kennedy Vargas, periodista dominicano. Cubre la fuente de la Presidencia de la República, Policía, Fuerzas Armadas y DNCD.

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