Ven mirando la vida.
Por: Ángel Pichardo Almonte
No me pidas que te envíe mi “location”.
Aunque me lo pidas,
te enviaré la dirección donde habito;
con su nombre de calle y número,
entre que y sus cercanías.
Prefiero que vengas mirando
las calles de la ardiente ciudad
que la fría pantalla de tu teléfono.
Prefiero que reconozcas mi barrio,
las casas y sus jardines,
la doña del frente,
el señor de la esquina.
No me pidas que te envíe mi “location”.
Te enviaré el nombre de mi barrio,
y con su nombre, su historia y lejanías.
Prefiero que reconozcas
el colmado que me fia,
la peluquería y sus muchachos,
el salón “con planta propia”
y la tiendita que ahora,
vende mascarillas.
Que le preguntes al hombre
que hace empanadas,
a la mujer de los jugos
y su niña colgando en su falda.
No te enviaré “location”.
Ven en atención a la luz del día
o al reflejo de la noche.
Saluda, conecta, pregunta,
y si todavía,
te interesa venir a mi casa “de la bombilla verde”.
Libera tu corazón, cabalga la sonrisa,
abriga la esperanza.
Y aprenderás a llegar
con la ayuda de mi hermosa vecindad
que vive, comparte, resiste
y sueña.