No la dejemos sola
Altagracia Paulino, la directora de Proconsumidor, ha dado muestras de entereza y gallardía en el ejercicio de sus funciones, cualidades inusuales en la mayoría de los funcionarios públicos que el país se gasta.
Se ha aferrado a las atribuciones que le confieren las leyes para defender a los consumidores, que tradicionalmente han sido dejados al abandono por las autoridades.
Con sus acciones se ha hecho sentir, aunque extrañamente ha encontrado oposición en entidades y funcionarios estatales que en vez de constituirse en sus aliados, han intentado detener sus ímpetus.
Afortunadamente Altagracia Paulino no se ha dejado amilanar. No se ha quedado rumiando frustraciones o lamentando falta de apoyos. Ha decidido asumir el rol que le confieren las legislaciones vigentes de protección a los consumidores.
Proconsumidor, en esta etapa, defiende a los consumidores con un entusiasmo digno de encomio.
Esta funcionaria no merece quedarse sola. Sus acciones no pueden morir sepultadas en el silencio cómplice de medios de comunicación e instituciones públicas y privadas.
Su única arma es la Ley que la ampara.
No la dejemos sola, que hay muchos que quisieran verla claudicar.
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