Manuel Rodríguez es un niño de 10 años que salvó la vida a su padre en su vivienda de Mieres (Asturias).
El padre comenzó a sufrir un síncope y perdió el conocimiento, pero antes de eso pudo avisar a su hijo: “Manu, Manu, me muero”, le dijo.
El pequeño reaccionó y le hizo el boca a boca y le colocó de lado. Cuando vio que respiraba fue a casa de una vecina y llamó al 112. “Necesito una ambulancia, mi papá está muy malo”, avisó.