¡Habrase visto cosa igual! Nuestro guacanagarixismo llega a tal extremo que la publicidad comercial de productos y servicios propios de la Navidad está afectada por el síndrome de la nieve.
En beneficio de los extranjeros que acaban de llegar a nuestro país y de los idiotas nacionales que todavía no lo saben, les informo que Guacanagarix fue un cacique indígena que, según la leyenda, renunció a sus orígenes y adoptó como propio lo que trajeron los conquistadores españoles.
Aquí hay muchos como el pobre Guacanagarix. Un ejemplo de ello lo constituyen los publicistas que tienen que recurrir a la nieve para ambientar la fiesta navideña, en vez de utilizar la música criolla, si es que el caso lo requiere.
Ya es tarde para corregir el desacierto que comentamos, pero ojalá que para las fiestas de Navidad y Año Nuevo siguientes podamos exhibir más chispa, más amor por lo nuestro, más creatividad y menos nieve. ¡Por favor!