Jerusalén (EFE).- El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acompañado de su mujer Sara, partió esta madrugada hacia Nueva York, donde se dirigirá mañana viernes a la Asamblea General de la ONU en medio de los esfuerzos para un posible alto el fuego con Hizbulá en el frente norte.
Según la prensa local, Netanyahu no hizo ningún comentario antes de abordar el avión Ala de Zion, contradiciendo su práctica habitual cuando vuela al extranjero. En su ausencia hasta el sábado, cuando viajará de regreso a Israel, el ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, fue nombrado ayer por el gabinete de Gobierno oficialmente el sustituto de Netanyahu.
El viaje de Netanyahu se produce poco después de que Estados Unidos y países aliados como Canadá, Francia o Alemania emitieran ayer una declaración conjunta pidiendo un alto al fuego de 21 días en la frontera de Israel y Líbano, con la intención de promover a su vez las negociaciones para la liberación de rehenes y una tregua con Hamás.
“La situación entre Líbano e Israel desde el 8 de octubre de 2023 es intolerable y presenta un riesgo inaceptable de una escalada regional más amplia”, reza el comunicado emitido el miércoles por la Casa Blanca en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York.
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La declaración tiene como objetivo también prevenir una posible invasión terrestre israelí del sur del Líbano, a raíz de que el jefe del Estado Mayor de Israel, Herzi Halevi, anunciase ayer que las tropas se están preparando para una posible operación por tierra.
Firmada a su vez por Australia, la Unión Europea, Italia, Japón, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, el Reino Unido y Catar, busca “concluir un acuerdo diplomático que permita a los civiles de ambos lados de la frontera regresar a sus hogares en condiciones de seguridad».
El grupo político y paramilitar libanés Hizbulá, afiliado a Irán, comenzó a atacar el norte de Israel el pasado 8 de octubre, en un gesto de solidaridad con Gaza, según ha reiterado la milicia chií, cuya guerra con Israel había comenzado un día antes tras los ataques de Hamás. Hizbulá ha repetido durante meses que dejará de mandar misiles y cohetes contra Israel si este detiene su guerra en Gaza, devastada y donde ya han muerto más de 41.400 personas.
El fuego cruzado entre Israel y Hizbulá había forzado la evacuación de unas 60.000 personas en el norte de Israel, y alrededor de 90.000 en el sur del Líbano. En este último país, esa cifra se ha duplicado, tras días de bombardeos masivos por Israel que han dejado más de 550 muertos. EFE