Negocios dominicanos en España, golpeados por el apagón eléctrico
Barcelona, España. – El lunes 28 de abril quedará marcado en la memoria colectiva de España. Un apagón eléctrico de proporciones históricas paralizó al país en cuestión de segundos, dejando al menos cinco personas fallecidas y provocando pérdidas económicas estimadas en más de 1.600 millones de euros, según datos ofrecidos este martes por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
Más allá de las cifras, lo vivido ha sacudido la cotidianidad de miles de familias, especialmente de la comunidad dominicana, que con esfuerzo sostiene una red sólida de pequeños y medianos negocios en distintas regiones del país. Desde peluquerías hasta bares, pasando por salones de belleza, tiendas de ropa, casas de envío y restaurantes. Muchos comercios gestionados por dominicanos en ciudades como Barcelona y localidades de la provincia de Girona se vieron forzados a cerrar sus puertas ante la falta total de suministro eléctrico.

“Claro que sí, estamos acostumbrados a los apagones, pero no aquí en Europa. Nosotros nos hemos quedado sorprendidos y hasta asustados”, declara la propietaria del restaurante La Foquilla, Sofía Angomas, ubicado en Figueres, Girona, donde junto a su esposo Joselito Colón, ofrecen con orgullo los sabores de la cocina criolla dominicana.
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La comunidad dominicana en España, estimada en unas 239.400 personas, tiene una presencia especialmente fuerte en Cataluña, donde residen más de 48.951 dominicanos y dominicanas que no solo forman parte del tejido social, sino también del económico. Muchos de ellos son emprendedores que, como Lussi María Pérez, responsable general del restaurante Tierra Latina, sintieron el golpe de esta crisis.

“Estábamos incomunicados, pero seguimos vendiendo. A medida que se hacía de noche, nos vimos con poca luz y las lámparas ya no daban más”, comenta Lussi, quien destaca que su equipo resistió más de diez horas sin electricidad, manteniendo operativo el negocio pese a las circunstancias.
Por otro lado, la propietaria de la carnecería Tierra Latina, Yolanda Acosta, expresó su preocupación debido a la inversión realizada al inicio de la semana.
“Estoy preocupada, hice un pedido y no sé qué haré si la luz no vuelve”, agregó la dominicana visiblemente afectada por la situación.
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El apagón no solo dejó calles sin luz y trenes detenidos; también evidenció la vulnerabilidad del sistema y el impacto directo que una emergencia de esta magnitud tiene sobre quienes, desde la base del esfuerzo diario, sostienen su vida y sus sueños en un país que también es suyo.

La comunidad dominicana, con su resiliencia histórica y espíritu de lucha, vuelve a demostrar que ante la oscuridad, siempre hay quienes se mantienen en pie, iluminando con trabajo, sabor y presencia caribeña cada rincón donde echan raíces.

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