Santo Domingo.-“Quiquiriquí”, este sonido despierta cada día a miles de residentes en el país.
La mayoría pensamos que se trata de un ave originaria de República Dominicana. Para sorpresa de muchos la respuesta es no.
El gallo forma parte de las aves introducidas al país procedentes de Oriente.
Este dato, que resulta curioso, es solo una muestra de lo interesante que es recorrer el Museo de Historia Natural Profesor Eugenio de Jesús Marcano, que está ubicado en la Plaza de la Cultura.
Interioridades
Allí, en las inmediaciones donde años tras años se desarrolla la Feria del Libro, se encuentra este espacio en el que se pueden conocer todas las riquezas naturales del país en solo una hora y 30 minutos.
El edificio, que fue construido en 1974, está dividido en salas. Al entrar es inevitable imaginarse que estamos en medio del océano, ya que en la planta principal se encuentra la sala de los Gigantes Marinos.
Es un espacio ambientado con los grandes peces que son habituales en la costa dominicana. Como si fuera automático al pasar la puerta que da acceso al lugar la vista del visitante se dirige a varios esqueletos gigantes de ballenas y fuselajes de tiburones.
“Los esqueletos que tenemos en esta sala son de ballenas encontradas muertas en nuestras aguas, entre ellas una ballena jorobada encontrada en la bahía de Samaná”, explicó una de las guías que lleva 8 años asistiendo al público.
Pero las exposiciones no se quedan ahí.
Este museo se centra en mostrar los componentes de la flora y la fauna que constituyen el país.
En total son siete salas de especies que se exhiben en este museo, el cual pertenece al Ministerio de Medio Ambiente.
Entre ellas está la Sala del Universo, donde se exponen fotografías de planetas, constelaciones y nebulosas que fueron tomadas desde suelo dominicano.
También está la Sala de la Tierra, donde el asistente puede apreciar los diversos procesos del planeta, así como piezas del pasado.
En la Sala de Ecología hay representaciones de los bosques criollos, animales que se encuentran en ellos, humedales, composición de algunas costas, así como las características que los hacen únicos. Cada uno de estos espacios está ambientado con sonidos peculiares de esas zonas.
Las demás salas son: Historia de la Vida, Biogeografía y la de las Aves, donde se encuentra el famoso gallo oriental expuesto entre vitrinas.
Cada una de estas divisiones está dedicada a un profesional destacado en dicha área.
Conservación
Como una parte importante de las exhibiciones está compuesta de esqueletos, y aves reales, las mismas han sido sometidas a procesos para disecarlas y conservarlas.
En el caso de algunos tiburones la forma real de sus esqueletos fueron obtenidas en un molde de fibra de vidrio.
Esta edificación también cuenta con áreas infantiles, donde los niños pueden aprender sobre lo que allí se exhibe.
Más allá del museo
Aparte de la conservación, el Museo de Historia Natural es una institución científica que se encarga de realizar investigaciones sobre la fauna del Caribe y muy especialmente sobre la isla la Hispaniola.
1982 fue el año en que el Museo abrió sus puertas al público.
Más de 100 mil visitas
Más de 100 mil visitantes al año recibe el Museo de Historia Natural, según afirmó la directora Celeste Mir, quien explicó que trabajan en la promoción para que se fortalezca en la población una cultura de visitación a los museos.
La funcionaria indicó que el 80 % de los visitantes son estudiantes de diferentes niveles, que por lo regular acuden en los periodos de docencia.
Sin embargo, resaltó que los fines de semana se reactiva la entrada de familias, quienes ven en este museo un lugar para el esparcimiento.
Ficha
Nombre: Museo de Historia Natural Eugenio de Jesús Marcano.
Misión: Conservar y mostrar biodiversidad de la isla Hispaniola.
Horario: De martes a domindo de 9am-5pm.
Piezas: Más de 160 mil