LLámelo como usted prefiere, pero el Gobierno hace bien en establecer elementos físicos de resguardo de la frontera con Haití para que junto al uso de la tecnología pueda mejorar la seguridad de esa zona.

No se trata de que con un muro o una verja se eliminará el contrabando o la inmigración ilegal, pero sí permitirá establecer mayores y mejores controles.

El ejemplo de la eficacia de esa medida la ofreció el propio Haití cuando en 2013 inició la construcción de un muro o una verja en Carrizales, comunidad fronteriza con Elías Piña, para tener mayores controles del paso de mercancía a su territorio y poder cobrar así más aranceles.

Haití construyó la división física donde era de su interés y para los objetivos de su interés.
República Dominicana tiene la obligación constitucional de hacer lo propio para mejorar la protección fronteriza.

El Gobierno pudiera empezar en las partes de la frontera que son más vulnerables e ir ampliándola de manera gradual.

Esa acción estaría incompleta si no se dota de tecnología y se capacita al personal asignado para la protección de la frontera.

El muro o la verja es solo una de las medidas necesarias que se deben adoptar en la frontera, pues su protección es asunto de seguridad nacional y de interés primario.