La menopausia es el momento en la vida de una mujer cuando su período menstrual se detiene, este se acompaña de disminución hormonal, que se puede traducir en síntomas molestos los cuales van desde sofocos, cambios de humor, disminución del deseo sexual, dificultad para dormir, falta de concentración; aumenta el riesgo cardiovascular y de sufrir fracturas por pérdida de calcio en los huesos, entre otros.
Francisco Álvarez Alma, ginecólogo y cirujano pélvico de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que para tratar a la mujer en esta etapa existen los pellets subdérmicos o implantes de liberación hormonal sostenida, que son una manera exacta y personalizada de reemplazo hormonal bioidéntico de acción prolongada, siendo un pilar en la medicina antienvejecimiento.
Álvarez señala que el implante se coloca en la zona de la cadera debajo de la piel, bajo anestesia local, proporcionando un nivel constante de hormonas en la circulación durante un período de tres a cinco meses y permitiendo un manejo individualizado. Se inserta a través de un procedimiento rápido, sencillo y ambulatorio.
Son personalizados
El ginecólogo resalta que los implantes de hormonas bioidénticas se personalizan acorde a las necesidades de cada paciente, los mismos requieren de un screening médico especializado y estudios analíticos como mediciones basales hormonales, previo interrogatorio y un examen físico completo antes de su la colocación.
Un adecuado equilibrio hormonal es vital para mantener una mente y un cuerpo sano, indica Álvarez.
“En la mujer el descenso de secreción hormonal se produce abruptamente en la menopausia, esta disminución se asocia al incremento de enfermedades cardiovasculares, entre ellas, síndrome metabólico, obesidad y sarcopenia (disminución de masa muscular)”, dice el experto.
Las hormonas bioidénticas provienen de fuentes vegetales y son similares a las producidas por el cuerpo, describe. El especialista apunta que los andrógenos son esteroides que cumplen un papel importante en la mujer, siendo precursores de los estrógenos.
La testosterona es una hormona que se ha utilizado en diferentes formatos para combatir la disfunción sexual femenina, específicamente el trastorno de deseo sexual hipoactivo. El uso de testosterona a través de implantes subcutáneos o pellets, contribuyen al alivio de síntomas de deficiencia hormonal, tanto en pacientes premenopáusicas como postmenopáusicas, con problemas asociados al Síndrome Genitourinario en la Menopausia (SGM), como la incontinencia urinaria de esfuerzo o la disminución de la libido.
Además de los efectos beneficiosos sobre la función sexual, la testosterona se asocia con cambios en los lípidos de la sangre, incluidos niveles reducidos de colesterol total y los triglicéridos.
En el metabolismo de la testosterona una proporción se convierte en el estrógeno estradiol a través de la aromatasa en el organismo femenino. Esto ocurre en muchos tejidos como lo es el hígado y el cerebro, pero principalmente en el tejido adiposo.
Después de la conversión en dihidrotestosterona, también se metaboliza en un neuroesteroide y potente modulador cerebral positivo.
Estos metabolitos, junto con el estradiol (hormona sexual femenina), pueden estar involucrados en varios de los efectos en el cerebro, incluidos los antidepresivos, ansiolíticos, liberadores del estrés, gratificantes y pro-sexuales.
Los estrógenos son las hormonas más importantes para proteger a la mujer de ciertas enfermedades graves, tales como, los infartos u otras patologías del corazón, Alzheimer y osteoporosis. Además, reducen los sofocos y la sudoración, el insomnio y la sequedad vaginal, y el estradiol también tiene un papel importante en el funcionamiento del sistema inmune.
Este administrado por vía transdérmica o implantes subdérmicos hormonales tiene poco o ningún efecto en la elevación de las sustancias formadoras de trombos y puede tener efectos beneficiosos sobre los marcadores proinflamatorios.
El uso de una formulación de estrógeno que no conduzca a un aumento prolongado de niveles hormonales y que sea rápidamente reversible es esencial, el uso de un progestágeno al mismo tiempo para evitar la estimulación endometrial relacionada con su uso sin oposición es considerada para un manejo hormonal equilibrado.
Álvarez explica que diversos estudios han demostrado por su parte que el DHA (ácido docosahexaenoico) en mujeres menopáusicas disminuye los triglicéridos, influyendo en la disminución del riesgo cardiovascular.
“El tratamiento hormonal de la menopausia reduce el tejido adiposo abdominal y tiende a dejar a las mujeres con menos tejido graso que sus pares que también están pasando por la menopausia”, manifiesta el galeno.
A diferencia de geles y cremas, los pellets son más cómodos, no causa irritación de piel y proporciona una liberación constante de hormonas, ayudando a aliviar los altibajos en las dosis.
Según la Federación Internacional de Ginecólogos y Obstetras, un nuevo estudio muestra que el cerebro podría beneficiarse de la terapia hormonal administrada poco después de la menopausia.
El dispositivo
La indicación de este dispositivo es completamente personalizada y la misma solo debe ser administrada bajo supervisión de un especialista, con el fin de evitar complicaciones, ya que cada organismo posee una variabilidad individual significativa.
El seguimiento con su proveedor de salud regularmente para una evaluación periódica es de vital importancia para la seguridad de esta modalidad de terapia hormonal.
