Una mujer halló a unos gatitos en una cueva que trataban de alimentarse de su madre muerta y decidió llevárselos a casa.
La hembra murió, pero el macho sobrevivió. Cuando lo llevó al veterinario se dio cuenta de que no se trataba de un simple gatito, sino de un puma yaguarundí.
Fue trasladado a la reserva Horco Molle para ser atendido