
LOUISVILLE, ESTADOS UNIDOS.-“Yo no tengo problemas con los vietcong. Ningún vietcong me ha llamado nigger (negro)”. Esto bastó a Muhammad Ali para ser condenado casi al olvido el 28 de abril de 1967, en que casi acaba su carrera de boxeador.
Esta semana hace 53 años exactos cuando Ali se rebeló al negarse a ser reclutado y cumplir con el servicio militar en la Guerra de Vietnam.
Pero la historia de rebeldía y valentía de Cassius Clay, bautizado como Muhammad Ali, comenzó desde su nacimiento el 17 de enero de 1942 en Louisville (Kentucky), donde los pleitos raciales eran el pan de cada día.

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EFE
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