La noticia del fallecimiento corrió como un reguero de pólvora entre los centenares de discípulos que ella formó y que actualmente son figuras estelares en muchas compañías del mundo.
LA HABANA.-Las muestras de condolencias por la muerte de la prima ballerina assoluta de Cuba Alicia Alonso se multiplicaron el viernes tras el deceso de la artista, mientras en la isla se preparan honras fúnebres para homenajearla.
La noticia del fallecimiento corrió como un reguero de pólvora entre los centenares de discípulos que ella formó y que actualmente son figuras estelares en muchas compañías del mundo, incluso cuando estos criticaron en vida la inflexibilidad –en lo político y lo artístico– que caracterizó a Alonso.
El Ministerio de Cultura anunció un homenaje para la artista, fallecida el jueves a los 98 años, el sábado en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, mientras que sus restos serán inhumados en el Cementerio capitalino.
“Las instituciones culturales, las organizaciones de creadores, los artistas y escritores cubanos, de acuerdo con los familiares de Alicia Alonso, le dedican, no un duelo, sino un gran homenaje que compartirá todo su pueblo», dijo la dependencia oficial.
De fuerte temperamento, fino rostro anguloso y afinadas manos, Alonso transitó el siglo XX desde el American Ballet Caravan, antecedente del actual Ballet de la Ciudad de Nueva York a donde debutó; a fundar el Ballet Nacional de Cuba, y tras la revolución que tanto apoyó, crear una de las escuelas más destacadas del mundo.
Con el respaldo del Estado, un programa de promoción de talentos desde la infancia y una disciplina que no admitía fallas, Alonso logró que Cuba se convirtiera en una potencia del ballet al tiempo que conquistó al público local general, llenando todas las funciones para un arte considerado elitista en otros países.
Sus alumnos cubanos de todas las edades y desde todos los lugares del mundo la recordaron ahora sin importar sus diferencias.
“Me sumo al dolor por la muerte de Alicia Alonso, por todo lo que creó, por todo lo que nos dio», expresó Carlos Acosta, quien siempre destacó la importancia de haber sido aceptado pese a su mestizaje racial y su tipo amulatado, algo tan poco usual en la danza clásica.
“Todos estos prejuicios fueron demolidos cuando Alicia Alonso entró en la escena. Impuso su nombre latino, su físico, su personalidad», agregó Acosta, actualmente director de su propia compañía y un astro de la danza mundial de la mano del Ballet Real de Londres, en comentarios distribuidos a periodistas.
Otros bailarines reconocidos como Sadaise Arencibia o Raúl Abreu del Ballet Nacional de Cuba prefirieron pegar fotos en su página de Facebook rodeadas de corazones rotos o exclamaciones de dolor.
“Acumulaste en tu palmarés un récord tras otro: fuiste la que se calzó las zapatillas de puntas hasta más tarde; la que apareció en alguna escena coreográfica pasado el umbral de los 90 años; la que bailó prácticamente ciega gran parte de su vida», escribió Abreu, quien acompañó a Alonso en su última salida a escena en el Centro Kennedy en Washington en 2018, en una de sus últimas apariciones públicas.
Christopher Vázquez, hoy en de la compañía dancística del Teatro Nacional de Belgrado, y Yosvani Ramos, en el Ballet de Colorado, se sumaron a las expresiones de amor hacia su maestra.
Así como José Manuel Careño, maestro de danza y una luminaria del American Ballet Theatre; y Rolando Sarabia del Ballet de Washington, considerado una suerte de Vaslav Nijinsky isleño.
Un mensaje de la Escuela de Ballet de Feijóo en Texas reconoció la grandeza de la maestra. La escuela es dirigida por Lorna Feijóo, quien junto con su hermana Lorena salió de la isla contra la voluntad de Alonso y esta les impidió volver a bailar en Cuba.
“La Escuela de Ballet de Feijóo está inspirada en su legado… pero sobre todo por su amor por la danza como arte», indicó la compañía en su mensaje de solidaridad y condolencias para la hija de la legendaria artista, Laura, y su nieto Iván, también reconocidos bailarines. Y las reacciones se extendieron hasta sus admiradores extranjeros en el mundo.
“Qué vida tan increíble vivió y qué legado tan increíble dejó atrás», dijo Alexei Ratmánsky, coreógrafo y exdirector del Ballet de Bolshoi.
Unas condolencias que también expresó Kevin McKenzie, el director artístico del American Ballet Theatre, donde Alonso realizó algunas de sus presentaciones más memorables.