En un esfuerzo por sorprender a su pareja, Steven Weber, un estadounidense, buceó hasta la ventana de la habitación de una cabaña sumergida en el agua en la que se encontraba su novia para, por medio de una nota y un anillo, pedir su mano.
Pero luego de mostrar el mensaje a su prometida nunca salió del agua y terminó ahogado.