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Movimiento estudiantil cubano: de protesta por el internet a la lucha por la libertad

La famosa Escalinata de la Universidad de La Habana fue escenario de innumerables manifestaciones que acabaron por marcar el rumbo del país.
La famosa Escalinata de la Universidad de La Habana fue escenario de innumerables manifestaciones que acabaron por marcar el rumbo del país.

La reciente decisión de la empresa estatal de telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) de modificar drásticamente los precios del servicio de internet ha detonado un movimiento estudiantil sin precedentes en la isla. Lo que comenzó como una protesta por el costo de los datos móviles derivó en una movilización organizada y sostenida que desafía estructuras de poder consolidadas desde 1959.

Según escribió la historiadora y activista cubana Carolina Barrero en un artículo publicado en el Journal of Democracy, “por primera vez en más de seis décadas, los estudiantes universitarios cubanos están recuperando su voz”. La autora sostiene que el aumento de precios no fue solo una carga económica, sino un detonante político: “representó más que una dificultad económica; constituyó lo que los estudiantes denominaron ‘apartheid digital’”.

El nuevo esquema tarifario anunciado el 30 de mayo incluía un plan básico de seis gigabytes por 360 pesos cubanos, pero cada recarga adicional de tres gigabytes costaría 3.360 pesos —una cifra que supera el salario mínimo mensual del país, fijado en 2.100 pesos— y sólo podía adquirirse en dólares estadounidenses. Este salto abrupto desde los anteriores 125 pesos por gigabyte provocó una respuesta inmediata en la comunidad estudiantil.

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La Facultad de Matemática y Ciencias de la Computación de la Universidad de La Habana fue la primera en convocar a una huelga académica. Al poco tiempo, estudiantes de Filosofía, Sociología y Letras se sumaron con acciones coordinadas que incluyeron declaraciones formales dirigidas a las autoridades universitarias, reuniones interfacultativas, cartas abiertas y un compromiso explícito con la no violencia, a pesar de las amenazas de expulsión y represalias por parte de funcionarios respaldados por la Seguridad del Estado.

“La respuesta [de los estudiantes] fue rápida y sin precedentes”, escribe Barrero. A diferencia de otras protestas como las de 2021 y 2024, centradas en la escasez de alimentos y medicinas, esta movilización se articuló con una estrategia política clara, enfocada en la defensa de derechos fundamentales como el acceso a la información y la libertad académica.

Movimiento estudiantil cubano: de protesta por el internet a la lucha por la libertad

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