Frederich E. Bergés
En nuestro escrito anterior comentamos los grandes desafíos que se presentan a diario a los ciudadanos con el tema de su movilidad urbana.
Igualmente presentamos un resuman apretado de las principales obras que se ejecutarían como soluciones para los mayores problemas de Santo Domingo mediante una cooperación solicitada recientemente al Banco Mundial. Estas van desde un tren urbano, alcantarillas pluviales, teleférico y otras obras adicionales.
Sin embargo, viendo los desafíos en su dimensión más amplia, nos damos cuenta de que sólo con obras de infraestructura no se lograrían soluciones de impacto.
A lo material habría que añadir temas de logística y humanos. Por logística nos referimos a un parque vehicular inmenso para el requerimiento del país, únicamente justificado por la falta y deficiencias del transporte público. Esto se agrava aún más con el pésimo y peligroso estado físico de una inmensa cantidad de vehículos de pasajeros y de carga.
Para nadie es secreto que aún circulan camiones que datan de la época en que los ingenios azucareros eran propiedad estatal o cabezotes y patanas ya desechadas en otros países, importados como basurero al nuestro.
Igual sucede con muchos vehículos de pasajeros y colectivos también desechados en su país de origen.
Todo esto se agrava por la ausencia de un programa de eliminación o sustitución por aparatos más eficientes del deteriorado parque de vehículos del servicio público.
El otro tema es el humano. Comencemos por la ausencia de una autoridad pulcra y capacitada, con presencia en todo el territorio nacional.
Estos agentes tienen que ganarse el respeto de la población dejando las prácticas de extorsión, favores, acechos y demás tácticas tan repudiadas.
Hay que restaurar el respeto a la autoridad y la imposición subsecuente de un régimen de consecuencias sin discriminación de influyente, ni de padre de familia.
Por último esta el tema de la educación. No importa la clase social, económica ni nivel de escolaridad. Todos han perdido el respeto a las leyes y reglamentos.
La reeducación vial, comenzando por motoristas, luego el conductor público, el de transporte y finalmente el privado es imperativo si queremos soluciones al tema de la movilidad urbana.
